Poco a poco van sumándose medallas a nuestra buchaca. Y es que esto de ganar una medalla no es nada fácil, sólo pensemos cuáles fueron los Juegos Olímpicos en los que conseguimos mayor número de chapas: fue en Barcelona 92. Aquellos gloriosos Juegos obtuvimos veintidós medallas. Todo un éxito. Hay una explicación posible: se unían la especial motivación de nuestros deportistas por aquello de competir en su país y en sus Olimpiadas, con que el gobierno hizo una enorme inversión para que prepararan la cita como merecía la ocasión.

Llegar a veintidós medallas ahora parece inviable. Y es que la inversión en nuestros deportistas ha bajado considerablemente, época de crisis total. Esto no afecta a nuestras grandes estrellas. Vamos, que nuestro Rafa Nadal no necesita el dinero del Estado para prepararse, pero hay una enorme mayoría de deportistas españoles que no se dedican profesionalmente al deporte que practican. Eso no implica que no entrenen con la máxima profesionalidad y dedicación, pero encima deben trabajar o estudiar porque con la aportación del gobierno no les da (si es que les llega algo). Además, los patrocinadores buscan a las grandes estrellas de los deportes más importantes por lo que tampoco perciben mucho por este concepto.

Es fácil que todos entendamos que si tu dedicación al deporte que practicas es total aumentas las posibilidades de alcanzar el éxito. Ahora que esto no sucede porque las ayudas son considerablemente menores, estamos en manos de nuestros talentos para sumar medallas. Y talentos tenemos unos cuantos. Algunos menos conocidos, como Maialen Chourraut y Lydia Valentín, que son muy reconocidas en el mundo del deporte que practican pero menos para el resto de seguidores al deporte en general. Y nuestras grandes estrellas, como Mireia Belmonte (ha ganado dos medallas) o Rafa Nadal, que venía a los juegos con una lesión todavía sin recuperar y llevando varios meses sin competir. Muchos pensaron que eso le hacía menos favorito para ganar medalla. Muchos que no conocen al manacorí y no saben que cuando compite defendiendo a su país la motivación le hace ser favorito en cualquier competición. Pues bien, Rafa ya ganó una medalla junto a Marc López en el doble y tiene muchas papeletas para sumar otra más en la competición individual.

En este grupo de grandes talentos conocidos podemos incluir a Carolina Marín o Ruth Beitia, que seguro son favoritas en sus competiciones. También hay que asumir que algunas de nuestras grandes estrellas pueden no estar a la altura el día D, como ha pasado con Garbiñe Muguruza o nuestro campeón del mundo y de Europa en marcha Miguel Ángel López.

Todavía nos quedan otros talentos de esos menos conocidos por los deportes que practican pero que tienen enormes opciones de medalla. Seguro que Eva Calvo y Joel González (taekwondo) nos darán alguna alegría. O esos deportes fetiche como la vela o el remo de los que no controlamos nada pero que siempre nos dan alegrías.

Finalmente hay que hablar de los deportes de equipo. Nuestra selección de baloncesto masculino a priori era una opción fiable. No están jugando bien y parece que se aleja esa opción de medalla. Ahora bien, no hay que matarlos por estar jugando mal, mi respeto a ese grupo de jugadores que tanta gloria nos han dado sigue siendo el mismo. En waterpolo masculino, parece que vamos sumando opciones a medalla, como en hockey hierba.

Y después están nuestros equipos femeninos de baloncesto, waterpolo y balonmano. Todos valoran y admiran cómo luchan estos equipos, pero no ganan solo por eso. Juegan muy bien y esto también hay que decirlo. Lo bien que juegan en sus respectivos deportes es lo que hace que tengan grandísimas opciones de medalla.

Si repaso de nuevo este artículo, es evidente que la realidad del deporte español nos dice que está dominado por ellas y no tanto por ellos. Esto me causa una especial sensación de orgullo.

Todavía quedan días y las medallas seguirán cayendo a nuestro medallero. Así que no nos queda otra a los frikis del deporte como yo que seguir pegados a la televisión.