Hace unos días finalizaban unos Juegos Olímpicos que pasarán a la historia por ser los últimos Juegos de dos de los más grandes de la historia, Usain Bolt y Michael Phelps. Ya con la vista puesta en Tokio 2020 es tiempo de balances y sobre todo de planificación. A este respecto recuerdo una conversación que tuve con un alto cargo del Comité Olímpico Internacional y después de una grata charla sobre las medallas y el nivel del deporte me dijo: «Mel, no te equivoques, las medallas se compran».

Mi cara debió retorcerse de tal manera que inmediatamente añadió. «Pero no como estás pensando tú ahora. Se compran invirtiendo en el deporte, en las infraestructuras, en los entrenadores y en los deportistas. Los grandes resultados se basan en grandes inversiones; es imposible, por ejemplo, que un país del centro de África tenga un campeón olímpico de salto con pértiga, puede tenerlo de 5.000 metros pero no en una disciplina técnica o en un deporte de equipo que requiere instalaciones».

Y es verdad, todos recordamos a Moussambani y su actuación en la piscina en Sidney 2000. Lo que nadie cuenta es que en su país no hay ninguna piscina de longitud olímpica y que se entrenaba en la piscina de un hotel, para más datos, redonda. Así es imposible.

La conversación siguió y hablando del medallero me dijo. «Las medallas no siempre representan el nivel deportivo de un país. Hay algunos que hacen «trampas» con los metales». ¿En qué consisten esas «trampas»? En olvidarte de la evolución del deporte en tu país y centrarte en los deportes que reparten muchas medallas y donde la competencia de los grandes países es menor. Por ejemplo, en Lucha se reparten 72 medallas, en judo 54 o en ciclismo, sobre todo en pista, otras 54. Caso práctico con España. En esta Olimpiada hemos competido en piragüismo en ocho modalidades y hemos logrado cuatro medallas y cuatro diplomas pero en los Juegos se han navegado 16 modalidades. Es decir que si hubiéramos duplicado o triplicado los medios, que tampoco es mucho dinero, quitándoselo a otros donde tenemos menos posibilidades, por la competencia de las grandes potencias o por nuestras cualidades físicas, podríamos haber logrado 16 preseas o diplomas y nuestra posición en el medallero se hubiera disparado. Lo mismo pasa con el Taekwondo: tres deportistas, dos medallas y un diploma pero con mas inversión podríamos haber llevado hasta 10 y nuestro medallero se habría disparado. ¿Tendríamos más medallas? Si, ¿Nuestro deporte sería mejor? No.

Nuestra posición en el medallero podría ser mejor porque en muchos casos nos hemos quedado a las puertas de las preseas, pero España ha logrado 17 medallas en 11 modalidades distintas y en la historia de los Juegos hemos logrado medalla olímpica en 33 modalidades distintas. Sólo Estados Unidos, Gran Bretaña, Francia y Alemania nos superan. El pentatlón, los saltos, el tenis de mesa y el voleibol son nuestras asignaturas pendientes. Esto es tener una buena salud deportiva más allá del número de medallas. Ahora toca mantener el sistema y con la crisis, que todavía vivimos, no será fácil. Suerte€