El Real Madrid mantiene su firmeza en LaLiga, con pleno de victorias en las dos jornadas disputadas, tras un trabajado triunfo ante el Celta de Vigo gracias al toque de clase de Toni Kroos, la recompensa al desgaste físico de Álvaro Morata, el premio a la presión o el hambre de James.

Las claves del segundo triunfo consecutivo del Real Madrid esta temporada, 14 seguidas con Zidane en LaLiga se resumen en el golpeo de golf de Toni Kroos, la movilidad de Luka Modric, la recompensa al desgaste físico de Morata, el hambre de James por un puesto y el premio a la presión alta.

El toque de clase de Toni Kroos decantó la balanza de un partido que pudo caer de cualquiera de los dos lados si el Celta hubiese tenido más pegada en los metros finales. La tuvo un Real Madrid que mejoró con espacios y castigó la valentía de su rival con un disparo de altos quilates de Kroos. Como si de un golfista al patear se tratase calculando el viento y la caída del terreno, su toque de bota derecha dibujó un arco perfecto e imparable.

Era el día de regreso de Luka Modric tras cumplir en la primera jornada una sanción del pasado curso y plasmó sobre el césped su importancia en el equipo. En los momentos de atasco sobresalió su figura. Fue el único madridista que supo encontrar espacios entre las líneas bien unidas del rival. Intentó dar velocidad al fútbol de su equipo y se descolgó en ataque siendo un peligro continuo. Le frenó la buena actuación de Sergio, portero del Celta, y la madera en un gran disparo. Ante la falta de claridad en los últimos metros, aportó chut desde fuera del área.

A Álvaro Morata le faltaba algo de acierto en el remate, o más bien disponer de claras ocasiones para marcar, pero nadie le podía poner en duda su esfuerzo. Cada partido salta con ganas de comerse el césped, como si aún tuviese que demostrar las razones por las que regresa convertido en jugador de elite. Su presencia en el tridente ofensivo se ve en la intensidad de la presión sobre el rival. Se vacía cada encuentro y ante el Celta junto a sus carreras por banda explotando su velocidad cuando abandonó la zona del 9, realizó un buen juego de espaldas y, sobre todo, calmó la ansiedad del goleador abriendo el partido donde un matador debe estar. Un balón muerto y ahí estaba Morata para chutar de zurda a la red el primer tanto oficial de una temporada en la que cada gol es una reivindicación ante la inamovible BBC.

En la situación de James, viendo su pérdida de importancia en el escalafón y convertido en habitual suplente hasta cuando hay bajas de la importancia de Cristiano Ronaldo o Karim Benzema, muchos optarían por un traspaso millonario y ser estrella en otro grande de Europa. James ha decidido luchar y lo demostró en el terreno de juego aprovechando cada minuto que le dio Zidane. Fueron 21 en los que participó en cada acción de ataque, participó con el robo de balón en la acción decisiva el gol de Kroos y acabó rozando el gol. Zinedine Zidane cerró posteriormente la puerta de salida tras dejarla entreabierta en los últimos días. Sobre el césped tuvo la respuesta de su jugador y el compromiso necesario.

Con un calor asfixiante en el Santiago Bernabéu, los jugadores de ambos equipos pelearon por ganar bajo 32 grados, y ante la falta de fluidez en el juego, Zidane respondió al Celta con su misma moneda. Presión muy alta y morder la salida de balón para provocar la pérdida. Lo logró con un error de Sergio, cuando el portero quiso iniciar una jugada con un pase que acabó en botas de Modric para coger descolocada a la defensa viguesa. Y se repitió cuando James mordió, Lucas asistió y el chute de Kroos decidió. El aspecto físico del Real Madrid es uno de los puntos mejorados respecto al pasado curso y el discreto inicio de campaña.