¿Cómo y por qué se cronifican las cosas? Igual que se han investigado mucho los procesos de discontinuidad o ruptura, como hace la Teoría de las Catástrofes, debería hacerse igual con los de pérdida de impulso, paralización, enquistamiento, hasta ese confort balsámico en la quietud que se hace pastoso llegando a formar costra. O sea, saber por qué de pronto se para, sin extinguirse, una enfermedad, una vida, un amor, una economía, un proceso de cualquier tipo, y se queda ahí, gozando de la invariación, pues ¿no hay acaso goce en cronificarse? (un remedo menor de la inmortalidad, tal vez). El estudio podría comenzar por este largo episodio «sin gobierno» de la política española, en el que todo parece funcionar lo justo, sin que nada apremie a darle fin, y en el que nadie siente culpa por lo que pasa, ni la responsabilidad de lo que pueda pasar. Tal vez de ahí venga ese cierto confort.