Hacía años que el sol no sonreía tanto en Andalucía y en la Costa del Sol. Desde que este mundo global entró en crisis, los nubarrones ensombrecieron y pasaron factura a la principal actividad económica de Andalucía y de la Costa del Sol pese a que el turismo se reveló como la única industria que soportó y aguantó con cierta dignidad las desagradables consecuencias de la crisis económica. Este oscuro periodo se superó gracias a un esfuerzo mancomunado donde todas las partes implicadas sufrieron sus consecuencias (despidos, empleo precario, baja rentabilidad hotelera, cierre de hoteles, menor inversión en renovar la planta hotelera...), pero se demostró una vez más el músculo de un destino que conjuga todo lo necesario: una oferta multisegmento imbatible, una potente planta hotelera, unos profesionales que saben de qué va esto del turismo y unas administraciones que dejaron hace ya tiempo al turismo fuera del campo de batalla político.

Pasada la crisis con más o menos acierto, ahora es el momento de plantear acciones a medio y largo plazo, de encender las luces largas, para no perder el paso en el vertiginoso ritmo al que se mueve y cambian las tendencias en el turismo y para trazar las líneas que permitan reducir la estacionalidad de los meses de invierno.

Uno de esos primero objetivos debe ser aumentar la fidelidad del destino. El turista de hoy en día ya no se mueve con los parámetros de antaño, cuando reservaba con cierto tiempo sus vacaciones a través de una agencia de viajes y adquiría un paquete turístico con un touroperador. Ahora el turista es el rey de la actividad turística, está informado, valora y prepara sus vacaciones online y busca experiencias en el destino aumentando su nivel de exigencias con detalles como wifi gratis, entornos agradables, calidad en el servicios, precios competitivos...

Otra de las lineas de acción es acabar con la verdadera lacra de este destino como es la estacionalidad turística, objetivo claro tanto del consejero de Turismo, Javier Fernández, como del presidente de Turismo Costa del Sol, Elías Bendodo, sabedores que ambos gestionan las políticas públicas de un destino pujante en verano y que caía en un letargo suave en los meses de invierno. Afortunadamente esta brecha en el año turístico cada vez es menor como se pudo comprobar durante la entrega de los premios de Turismo de Andalucía en Ronda, donde las caras de los empresarios y agentes sociales ya no eran la de otros años y comentaban sin tapujos que este verano se prolongaría casi hasta el mes de noviembre. Los rostros de Manuel Villafaina, Luis Callejón, Gonzalo Fuentes, Norberto del Castillo... brillaban en la noche rondeña como hacía años que no se veía.

Una de las herramientas fundamentales para combatir la estacionalidad turística será el documento de trabajo que hace escasos días aprobó el consejo de Gobierno de la Junta de Andalucía, el nuevo Plan de Choque contra la Estacionalidad Turística del Litoral Andaluz 2016-2018, una iniciativa que contará con una inversión inicial de 16,55 millones de euros con el fin de mantener la actividad durante todo el año y fomentar en el sector el empleo estable y de calidad.

Un plan que consta de siete ejes estratégicos y 16 líneas de actuación para conseguir una mayor homogeneidad de la actividad, mejorar la distribución de los flujos de viajeros y atraer nuevos segmentos de demanda. Este documento, tan necesario para la Costa del Sol, tuvo el respaldo de empresarios y sindicatos en la Mesa de Turismo y se ejecutará en los próximos 18 meses y beneficiará a 57 municipios de cinco provincias litorales de la comunidad, 14 de ellos en la Costa del Sol. Entre las medidas previstas, destacan la realización de acciones de marketing para reforzar segmentos y mercados desestacionalizadores (10,85 millones de euros); la adaptación del sector a las nuevas tecnologías (tres millones); la concesión de incentivos económicos a las pymes turísticas (1,4 millones); la mejora de la cualificación profesional y la sensibilización de la demanda (1,3 millones), y la creación de la Red de Municipios contra la Estacionalidad.

El documento incluye un diagnóstico sobre la concentración de los flujos de viajeros en determinadas épocas y su evolución reciente en Andalucía, que apunta a una disminución del fenómeno en los dos últimos ejercicios. Esta reducción se constata también en los buenos resultados registrados durante los nueve primeros meses de 2016, ya que se vienen contabilizando crecimientos de viajeros alojados y pernoctaciones en todo el territorio tanto dentro como fuera de la temporada alta.

Una hoja de ruta fundamental para combatir la estacionalidad y propiciar que todos los municipios tengan, por ejemplo, una misma estrategia, mismo trato fiscal y de tasas y que se establezcan bonificaciones de la Seguridad Social para hoteles y establecimientos que permanezcan abiertos durante todo el año.

Después de años y años hablando de planes, parece que éste va en serio y ayudará a la propia inercia de este destino que cada año alarga más la temporada como lo demuestra que para este invierno el número de plazas aéreas disponibles hacia la Costa del Sol para los próximos seis meses se haya incrementado en un 23 por ciento en relación al periodo comprendido entre octubre de 2015 y marzo de 2016.

Y lo mejor de todo es que la combinación de este plan con la puesta en marcha del nuevo Plan Director Marketing 2017-2020 debería dar frutos más que interesantes ya que contempla el apoyo a las pymes, como generadoras de empleo; la potenciación de una oferta multisegmento mediante la creación de clubes de producto; y la fidelización, con la realización de campañas específicas para los turistas que se encuentran de visita en Andalucía. Si a esto le sumamos la idea de apostar por el turismo senior de Europa para la temporada baja se estará en la buena senda para seguir creciendo en ingresos, empleo y rentabilidad.