Me perdí el primero, el bueno, el de las pizzas y el de «por favor, no vengan a abuchear a la puerta», pero este seguro que no me lo pierdo. La previsión meteorológica para mañana acompaña: 100% de probabilidad de lluvia. No habrá excursión al monte de San Antón ni la típica visita a esa pareja de amigos de los que uno apenas recuerda el primer apellido que acaban de ser padres y tienen ganas de enseñar a su churumbel -como si no lo hubiera visto ya en Facebook-. Hoy toca sillón ball, y de los buenos. Como aquellas buenas tardes de sábado, hace algunos años, en los que se podían ver en abierto partidos de la mejor liga del mundo a las cuatro, a las seis, a las ocho y las diez de la noche, mañana hay maratón lúdico-festivo-político desde las nueve de la mañana. Gracias, Ferreras. Mañana se decide si es investido o no a Mariano la semana que viene, y le quitamos por fin esa desagradable postilla de «en funciones» con la que lleva cargando él y todo su equipo desde diciembre del año pasado.; como si hubiese funcionado en algún momento... Hoy Ferraz es el Bernabéu, o La Rosaleda, como quieran. El partido de alto riesgo se juega en la sede del Partido Socialista y como si los ultras del Legia de Varsovia siguieran todavía dando banzados por Madrid, ya se ha aprobado un dispositivo especial de policía para que no pase lo que a principios de mes, aquel domingo de bochorno para mucho socialista convencido que no sabía donde meterse. Lo mejor en estos casos, como es el de quien les habla, es ver el partido sin color alguno, como ver un Barcelona - City siendo del Arsenal. Algo parecido. Y con muchos interrogantes por resolver durante todo el día. Del desayuno a la cena. Del Colacao con la llegada de la militancia (¿Jugará Pedro? ¿Saldrá Susana en punta?) a la primera cervecita de media mañana para ver a los compañeros de la prensa, allí en la calle mojándose, afirmando que se escuchan gritos en el interior, para acabar cenando algo ligerito, que muchas horas de politiqueo, sea el resultado que sea con el que acabe el guateque socialista, serán pocas comparadas con la semana que empieza, que esperemos sea la última en funciones, porque mientras unos han callado, unos han gritado y otros han mirado sonriendo, toda España se ha seguido levantando a las siete para ir a currar, aunque el Gobierno haya estado en funciones. Que empiece el partido, y se acabe el cachondeo.