Para Paco Conejo Sabor a Málaga se ha desvirtuado porque «se invierte más en promocionar la marca en vez de los productos». Vale, Paco. Piensa, tú que sabes, que las lecciones básicas de marketing moderno nos llevan a proponer una marca que cuente algo por encima de los productos. No por nada, sino porque lo pide el mercado que, ¡oh, sorpresa!, es quien compra los productos asociados a cada marca. Es decir, Paco, que invertir más en la marca Sabor a Málaga es invertir más en los productos. Un euro en Sabor a Málaga es un euro en promoción al chivo lechal, a las cervezas artesanas o a las conservas y mermeladas. Sí, Paco. Aunque te cueste entenderlo, es así.

El reputado especialista y profesor de ESIC, Business & Marketing School Jean Marc Colanesi repite hasta la saciedad una frase. En Málaga lo ha dicho en varias ocasiones y con distintas verbalizaciones. El 28 de noviembre de 2013, dirigiéndose a un grupo local de empresarios, afirmó que: «El producto es mudo, lo que habla es la marca. Todos podemos hacer eso, más en vuestro mercado local».

Más tarde, en junio de 2014 reformuló la segunda parte de esa sentencia en Antequera ante otro grupo de empresarios: «La marca enseña a los usuarios qué producto comprar».

Total, Paco, que yo entiendo que a ti no te guste Sabor a Málaga, pero la gente que sabe de marketing te deja en fuera de juego. Si ahora que la marca está todavía madurando la dividimos en tres, como propones, el juguete se rompe, se va al carajo. Porque, Paco, como dice Colanesi: «El consumidor de hoy sólo compra marca». Por eso, Paco, la marca Sabor a Málaga quizá no es tan mala como crees. No es negativo que el sello esté por encima de los productos, es más: ¡es lógico!