No sé cómo van a ser las cosas pero sí sé que no van a ser las mismas. De hecho ya no lo son, ni nosotros somos los mismos. Estamos cambiando a una velocidad como nunca habíamos conocido. Lo hablaba el miércoles pasado con Juan Carlos Robles, decano del Colegio de Economistas. Decía esto a propósito de la batalla que se libra desde el ecommerce por la entrega al cliente en menos de dos horas de casi cualquier producto de El Corte Inglés (unos 150.000). Claro, Amazon reaccionó y le siguieron otros como Día. El futuro ya ha llegado y quien no se despabile caerá por la cuneta al paso como bólidos de las grandes corporaciones. Es como la visita que hago de la mano de Carlos Lucena y Moisés Rodríguez a Ikono Fábrica, en el polígono El Viso. Prestan un importante conjunto de servicios mediante siete marcas de cuatro empresas, desde publicidad en cualquier soporte a trabajos de metacrilato, de neón, encimeras porcelanósicas y un largo etcétera. Pero, además, cuentan con el Instituto de Investigación Cultural en el que varios artistas emergentes son becados para perfeccionar sus habilidades pictóricas o de otra clase. La verdad es que se queda uno sorprendido de lo que son capaces de hacer. Y en estas cavilaciones ando cuando un amigo periodista y efímero director me da la noticia de su libertad, nunca antes había visto a nadie tan alegre y vivaz por dejar un trabajo. Pero es lo que digo, ya nada es lo mismo. Si no que se lo pregunten a los 110.000 autónomos en Málaga, los verdaderos héroes tras la crisis, supervivientes de una guerra que nunca termina y a la que se incorporan cada día nuevas tropas de refresco. Si a esto le sumamos los 15 millones de pasajeros que acaba de alcanzar nuestro aeropuerto pues tenemos razones para el contento.

También es cierto que pasan cosas muy raras. En el día contra la violencia machista, un canal de televisión marroquí (2M) explica cómo maquillar los moretones. Lo hace Lilia Mouline. Las protestas en las redes sociales no se hicieron esperar y la dirección de la cadena tuvo que pedir disculpas. Pero ahora, prepárense, vamos a oír hablar todos los días muchas veces de Trump, el mejor actor de sí mismo. Yo creo que el gran parecido entre el presidente electo y Pablo Iglesias es la estrategia, la del ellos contra nosotros, esa es la gran similitud de los populismos. Al populismo no le vota la gente por lo que propone, faltaría más, sino por lo que representa, un estado de ánimo, el propio del ciudadano cabreado contra las élites. El proyecto de Podemos se refuta a sí mismo una vez alcanzado cierto poder y es porque ya no puede explotar el conflicto y eso es lo que está pasando ya, amable lector. Pero a mí me gustaba más la derecha de los tiempos de Paco Álvarez Cascos, cuando el dóberman era un rottweiler, y se la demonizaba asustándonos, uy, qué miedo, no como ahora que quien amenaza es Rajoy con presentarse otra vez, Dios mío, pero qué hemos hecho para merecer esto, y la junta directiva sedada. ¿No tienen bastante con la que ha caído?, con un año de gobierno en funciones y el esqueleto de Bárcenas en el armario... Pero se les ha parecido Rita y hasta tienen la tentación de dar marcha atrás y aguar el pacto contra la corrupción suscrito con Ciudadanos, y hay que dejar ya los compromisarios del ancien régime, toca un afiliado un voto, Mariano. A quien le ha tocado la china es a Arenas. Como estaba en todas las salsas.

Pero alguna alegría sí me llevo al enterarme que Luispi, Pineda, y Luis Suárez Jordana, su director de publicaciones en Ausbanc, van a tener que pagarle 90.000 euros a Rubén Sánchez -casado con Keka, también Sánchez, community manager malagueña que trabajo para el pepé-, portavoz de FACUA. Y Dani García abre su nuevo restaurante, BiBo Madrid, en el Paseo de la Castellana. Ya Madrid va a ser de lo poco que quede de España, como escribía a mediados del XIX Manuel José Quintana:

¿Qué era, decidme, la nación que un día

reina del mundo proclamó el Destino,

la que a todas las zonas extendía

su cetro de oro y su blasón divino?

Volábase a Occidente,

y el vasto mar Atlántico sembrado

se hallaba de su gloria y su fortuna.

cima@cimamalaga.com