'La señora Cospedal y la teología', por Carlos Saura Garre

«Ahora que se acerca la festividad de la Virgen de Loreto le pedimos también que nos guíe allí arriba», decía María Dolores de Cospedal en Sevilla, en el acto oficial de recepción del primer avión de transporte militar A400M por parte del Ejército del Aire español.

A la señora Cospedal habría que recordarle que María, madre de Jesús, era una pobre muchacha del pueblo hebreo palestino hace ya dos mil años y un pico. Es muy probable que no supiera conducir un avión, que entonces no existían y no pudo aprenderlo, y mucho menos en plan telepático. Digo lo de telepático porque no la veo, a la Virgen, sentada en cuerpo y alma en los asientos de los conductores del aparato para llevarlo a a buen puerto, o aeropuerto, puesto que desde que falleció y fue «transportada» al Cielo, su cuerpo ya no es como era.

Entrecomillo transportada porque recuerdo que el Vaticano tiene dicho que el Cielo no es un lugar, y resulta muy difícil ir, subir, ser transportado o entrar a un sitio que no es sitio. Yo no tengo la culpa de acabar tan lejos de donde empecé, pero es que estos políticos no tienen la menor formación teológica. Ni ganas de tenerla.