Podemos ha decidido celebrar su asamblea (congreso) en las mismas fechas que el Partido Popular, esto es, el 11 y 12 de febrero. Podemos no deja de hacer política. Otra cosa es que algunos la confundamos con simple estrategia. Iglesias no para de adornarse con gestos. Va camino de no poder caminar con tanto avalorio encima. Otro de esos gestos fue no acudir a los actos del Día de la Constitución. Ahí le damos la razón, no por tirria a la Carta Magna y sí por el latazo que supone acudir a semejante y demodé besuquerío de gente encorbatada del que ya se ausentan hasta los Reyes, seguramente deseosos de disfrutar del puente. Al menos el lunes sí estuvieron en San Sebastián en la entrega de la Medalla de Oro al Mérito de las Bellas Artes a la poetisa malagueña María Victoria Atencia (busquen su poema Mar, del año 66 y se les remansará el día).

Tal vez la mejor forma de mirar la Constitución es querer reformarla, no boicotearla. Lo dijo alguien el otro día, pese a ser frase tópica escrita por negro para político finolis no es mal diagnóstico. Podemos quiere contraprogramar al PP para que así, afirman, se vean los dos modelos de partido y la gente pueda elegir. Pero... de hecho, la gente ya ha elegido, y aunque a nosotros también nos gustan más las votaciones y asambleas y las primarias y todo eso (y no los dedazos de Rajoy) sí es cierto que los españoles han tenido varias oportunidades de escoger en los últimos tiempos entre Podemos y el PP (y entre los métodos de ambos). A la vista está el resultado. No parece que disguste mucho en este país el ordeno y mando; pongo y quito y a mi santa voluntad hago a este vicesecretario y a este ministro y me fumo un puro. Es más: casi todos (salvo el PP, claro) querían evitar otras elecciones por el temor a que los conservadores barrieran en número de escaños. Dicen los entendidos que Podemos ya tiene dos almas. A nosotros nos parece que tiene un sinfín de mareas. Una de ellas la encabeza Errejón y la otra Iglesias. El diseño del cónclave parece pensado para que el errejonismo quede en anécdota. Al menos en lo que se refiere a cuotas de representación en la dirección. La formación morada tiene a mano la tentación del plebiscito. Y también el proceder del PSOE: engolfarse en lo órganico y descuidar la acción al exterior y hacia el ciudadano.