Hace unos días saltaba la noticia de que una ciudad europea, similar a Málaga, pasaba del carbón al gas natural, y ahora la energía limpia. Así el ayuntamiento de Ámsterdam ha puesto en marcha hace semanas un ambicioso plan de reconversión energética para cerrar, en 2050, y convertir la ciudad en «zona libre de emisiones de CO2». Al respecto cabe preguntarse: Es Málaga una ciudad que sea protagonista del respeto al medio ambiente, en la que los ruidos se reducen, los tiempos en los desplazamientos disminuyen y la calidad de vida se incrementa? Puede llegar a ser nominada como Ciudad Verde Europea en 2020? Al respecto, Sevilla ya ha presentado su candidatura para convertirse en Capital Verde Europea en 2019, con apoyo de la organización Red Sevilla por el Clima inspirado en el modelo bioclimático de la Expo92 y basado en la implicación ciudadana. Este reconocimiento, otorgado por la Comisión Europea, distingue al proyecto europeo urbano más sostenible.

Hay otra pregunta, existen modelos nacionales que orienten el mejor camino? Sí y varios. Vitoria ha ido desarrollando durante años ambiciosos planes relacionados con la lucha contra el cambio climático y estableciendo para la ciudad el objetivo de reducir la emisión de gases de efecto invernadero en un 25% para 2020. En los próximos años se va a impulsar el transporte público-bicicleta, llegar al vertido cero de residuos primarios, la dinamización económica mediante la generación de actividad científica, divulgativa y económica relacionado con las energías renovables, la agricultura ecológica, la biodiversidad, el urbanismo sostenible, fijando como objetivo la captación de recursos económicos y turísticos. En Bilbao, por ejemplo, el porcentaje de población que no se desplaza al trabajo en automóvil es del 58% sobrepasando un 25,1% la media de las ciudades españolas analizadas. Por último, Barcelona, con la aplicación del proyecto LIVE, en el 2009, ha impulsado el uso del vehículo eléctrico en la ciudad, situando la ciudad como referente en movilidad eléctrica a nivel mundial. Además, es una de las tres ciudades que participan en el proyecto GrowSmarter, que impulsa tecnologías dirigidas a mejorar la calidad de vida en entornos smart city.

Respecto a nuestra ciudad, Málaga, se ha avanzado mucho y bien. Así en el año 1995 había 1,30 m2 de zona verde por habitante, y en el año 2010 era de 6,57m2. El impulso es mayor desde la aprobación del plan general de ordenación urbana en julio del año 2011. Este plan se vio impulsado con la aprobación del Reglamento Orgánico del Consejo Social de la Ciudad de Málaga, en vigor desde septiembre de 2011, y la constitución en el 2012 de la Asamblea del Consejo Social de la Ciudad de Málaga. Así, para dinamizar las tareas se creó el Foro A21, un grupo de trabajo formado por la ciudadanía, entidades públicas y privadas y la administración local, a través del cual se establece un proceso participativo que permite colaborar en el desarrollo de la estrategia de sostenibilidad de la ciudad de Málaga con el objetivo de aportar una perspectiva integrada, con Proyectos.

Respecto a otras ordenanzas, la más reciente de febrero de 2013 es la Ordenanza para la Garantía de la Convivencia Ciudadana y la Protección del Espacio Urbano en la Ciudad de Málaga, y se está aún a la espera de aprobación de la Ordenanza de Promoción y Conservación de Zonas Verdes. En cambio, otras ordenanzas esenciales como la Ordenanza frente a la Contaminación Atmosférica, fue publicada en el año 1994, y otras en el año 2009, como son la Ordenanza para la Limpieza de Espacios Públicos y Gestión Integral de los Residuos Sólidos Urbanos de mayo del 2009, que con objeto de fomentar las actividades tendentes a conseguir objetivos de sostenibilidad ambiental. Del mismo año es la Ordenanza para la Prevención y Control de Ruido y Vibraciones, que regula la protección del medio ambiente urbano frente a los ruidos, vibraciones y otras fuentes de energía que impliquen molestia, riesgo o daño para las personas o bienes de cualquier naturaleza. Se plasma así una debilidad en la adaptabilidad a la evolución normativa

Otro tema relevante son las playas. Las playas son un escaparate y atracción de turistas nacionales y extranjeros. El desarrollo turístico de Málaga capital debe ir necesariamente ligado a la protección del ecosistema de las playas para que pueda ser duradero. El impulso de una visión estratégica para apostar por la protección y recuperación de las playas pasa por solventar la degradación de la costa. Así, por decenas de motivos, se requiere una mejor planificación anual impulsando medidas en estos espacios generadores de riqueza, ocio y disfrute, e interconectadas ambientalmente a su entorno

Para que Málaga sea una ciudad más sostenible es necesario impulsar estrategias que impulsen la sostenibilidad integral ambiental, turística y urbana, con una adecuación del cauce del río Guadalhorce. La propuesta es que Málaga presente su candidatura para convertirse en Capital Verde Europea en 2020, con apoyo de organizaciones, partidos políticos, instituciones y basado en la implicación ciudadana.