A los 90 años ha fallecido en una residencia de la población sevillana de Tomares doña Manuela Fernández Pérez, conocida en el mundillo del cabaret ambulante bajo el exótico sobrenombre de Manolita Chen. Nacida en el barrio madrileño de Vallecas, era hija de un obrero conquense y de una gallega que trabajó de criada en varias casas de la capital de España. Muy guapa de cara, y de espléndida figura, debutó muy joven en espectáculos de variedades tras haber cursado estudios de canto. Con solo 17 años se casó con un acróbata chino que ya había cumplido los 40 y se integró en la ´troupe´ de su marido, con el que participó en un número arriesgado en el que silueteaban su figura con sucesivos lanzamientos de cuchillo. Poco a poco convenció al chino de que les resultaría más productivo derivar la actividad hacia espectáculos de cante y baile ,y pusieron en marcha el Teatro Chino de Manolita Chen, que acabaría haciéndose famoso en toda España. En primavera y verano recorrían las provincias del Norte y en el otoño y el invierno las del Sur incluyendo entre ellas el territorio del Protectorado de Marruecos. En las ciudades donde no había cabaret fijo o café cantante la llegada del Teatro Chino de Manolita Chen era esperado con gran interés por una parte del público (mayoritariamente masculino) que no podía disfrutar en proximidad de números abundantes en mujeres semidesnudas, diálogos atrevidos y canciones con letras picantes. Del estilo de Arrímame la estufita, Qué cortita la tienes y algunas más recogidas por el profesor granadino Juan José Montijano en su libro La vedette que desafió a Franco. Eran tiempos en los que funcionarios de la censura dependiente de ministros como Arias Salgado o Fraga Iribarne se presentaban por sorpresa en locales como el de Manolita Chen o el Teatro Argentino para comprobar si la ropa de las artistas tapaba todo lo que tenía que tapar. Pero no todo era enseñar el muslamen o decir procacidades. Por el teatro de Manolita Chen pasaron figuras eminentes de la copla y de la canción española como Juanito Valderrama, Antonio Molina, Marifé de Triana, El Fari, Fernando Esteso, Andrés Pajares... Y fue tal el éxito que un empresario valenciano lanzó un teatrillo con un nombre parecido para aprovecharse de su popularidad. En ese espectáculo actuaba un travestí que se hacia llamar Manolita Chen, lo que aumentaba la confusión. Recuerdo que en un periódico en el que yo trabajé se encargó a un redactor que debutaba hacerle una entrevista a la que se anunciaba en los carteles como Manolita Chen. Lo recibió en su camerino con un ajustado traje de lentejuelas que tapaba lo imprescindible y al debutante, impresionado, solo se le ocurrió iniciar la entrevista con esta pregunta: «¿Eres china, Manolita?». «Ni china, ni Manolita, cariño», contestó el travesti mientras lanzaba una carcajada. El espectáculo de los Chen pervivió hasta el año 1986 cuando la democracia y el destape lo hicieron irrelevante como alivio artístico de la lujuria nacional.