Difícil pero no imposible

Cuando en las reuniones presidenciales, especialmente de presidentes autonómicos, se habla de escasez, se discuten impuestos, se pretenden recaudaciones extraordinarias o se intentan exacciones desorbitadas y hasta injustas, extraña que nunca se hable de apretarse el cinturón y de hacerlo en parcelas que no tienen por qué suponer una merma en los servicios esenciales que se prestan a los contribuyentes.

El problema no está en que tú recaudas más que yo, en que aquel administra mejor o en que el otro suprime impuestos; el verdadero problema está, pura y simplemente, en lo que nos cuestan a los españoles las autonomías y toda la ristra de gastos -si no injustificados, no siempre justificables- que acarrean.

En esa tesitura es difícil convencer a los españoles de que se trata de algo necesario, de que así, las cosas públicas funcionan mejor, de que eso es la democracia y que no hay nada que hacer.

Difícil pero no imposible, si alguien se decidiera a coger el toro por los cuernos de la abundancia y dejara a cada uno en su sitio y en su justa medida.

Valentín Abelenda Carrillo. Málaga