A mi abuelo Luis Corpas, por Paloma Arrabal Corpas

Mi abuelo siempre ha sido un hombre ejemplar, todos los que estamos aquí coincidiremos seguro en que todo lo que ha hecho en su vida ha sido siempre para que nunca nos faltara a nadie de nada. Cuando peor estábamos, él era el primero en estar ahí para darnos fuerzas y animarnos para seguir hacia delante pasara lo que pasara, porque él sabía que podíamos hacerlo, confiaba en todos nosotros. Incluso cuando le faltaban las fuerzas, no dudó ni un segundo en seguir apoyándonos para vernos felices porque solo le importaba nuestro bien. Toda su vida la ha dedicado a cuidar a los demás y es por eso que hoy estamos aquí tantas personas reunidas, porque sólo él es capaz de dar tanto sin pedir nada a cambio, y al irse se ha llevado un trocito de nuestro alma. Nunca ha tenido una mala palabra para nadie, siempre ha sido un hombre que ha sabido respetar y ser respetado, porque para él el respeto y la educación eran base para afrontar la vida. Nos ha hecho muy felices el tiempo que ha estado con nosotros, al igual que nosotros a él, y tenemos que quedarnos con eso; él no querría que todos ahora nos viniésemos abajo, porque si no no tendría ningún sentido que su vida la haya dedicado a precisamente lo contrario, a querer vernos tranquilos y dando lo mejor de cada uno de nosotros. Ha sido, es y será el hombre más fuerte y bondadoso que he conocido nunca, ha luchado hasta el final por nosotros, para que no suframos, pero a todos nos llega la hora de irnos y en nuestra mano está hacer que se siga sintiendo igual de orgulloso que siempre. Ahora se lo debemos a él, ahora es cuando tenemos que estar más unidos que nunca, y recordar siempre todos los momentos felices vividos a su lado. Sé que va a ser muy duro no poder abrazarle, llamarle, darle un beso o volver a decirle te quiero, nos va a doler en el alma no volver a verle, pero este no es el final de nada, sino que es el comienzo de otra vida en la que seguirá formando parte de ella, pero de otra forma. Ahora él es nuestro ángel de la guarda, porque él es luz y la luz, nunca se apaga. No estéis tristes porque al final del camino, volveremos a encontrarnos.

Trump demoníaco, por Pablo Osés Azcona

A cada chica o chico que veo en la calle le deseo que encuentre alguien que le quiera tanto como le gustaría que le quisieran, que se dedique a propósito a hacerle feliz. Y también que llegue a ser tan persona y maduro que sea capaz de dedicarse a hace feliz a su pareja. Me ha costado 80 años caer en la cuenta de que eliminar el egoísmo, ser altruista, es la sabiduría máxima. Actitud casi angelical pero posible para humanos.Estando en estos buenos deseos nos cae encima el demonio Trump, animador de legiones de otros demonios de egos inflados. Nos van a destruir a todos a fuerza de egoísmo, ignorancia e inhumanidad. Han llegado a la cima de la posibilidad de hacer daño. Concentración de demonios. Neutralizarlos es muy difícil, pero es la tarea. Tendrán que movilizarse a tope todos los altruistas solidarios. Concentración de ángeles dedicados a hacer felices a los humanos. Si el hombre llega a ser dueño de su futuro, no será gracias a sus demonios sino a sus ángeles.