Extranjero turista, escogido propietario de bares, exclusivo empresario cultural, diseñador de logos institucionales, terrateniente de calle Larios, proveedor de adornos y luces o creador de filiales de museos. Si eres alguna de estas personas, para ti Málaga será ciudad genial. Sin embargo, si vives aquí, en la zona Este, o en cualquier barrio realmente, te preguntarás a dónde van tus impuestos. En la época de bonanza el dinero iba a nuevas zonas de expansión con grandes parques, avenidas, y jardines infantiles, mientras tanto barrios y zonas de urbanización más antiguas se quedaban obsoletas. Ahora no estamos en época de bonanza y a la más mínima se vienen abajo. Es verdad que llovió mucho el sábado y que fue un hecho aislado pero también es verdad que políticamente se ha decidido invertir en un modelo de ciudad de escaparate, mientras en la trastienda se ha mirado para otro lado sin querer acometer grandes infraestructuras, que como ni se ven ni se inauguran, se desechan. Embovedados, saneamientos, mejoras de calzadas, refuerzo de montes, etc. no son ningún caminito de reyes que mole presentar ante la prensa. Cuando llegas a una ciudad alemana sorprende lo austero de las mismas, aquí sin embargo, como dice mi amiga Ana, hemos alicatado el Cerrado de Calderón y ahora nos lamentamos. Nos enfadaremos con policías, bomberos, técnicos de empresa suministradoras, etc. pero en realidad ellos son los que nos sacan las castañas del fuego, el fuego de decisiones políticas y estratégicas hacia un modelo de ciudad de fachada, presentaciones de eventos efímeros, ROI artificiales sacados de la manga y logos de vivos colores. Primero lo primero y estamos construyendo una ciudad como si fuera un ático de Manhattan sin haber puesto unos buenos cimientos. ¿Son espectaculares y bonitos las luces y los museos? Sí pero sin una base consistente seguiremos siendo ciudad de segunda. Mientras tanto al Este (y al Oeste) que le den.