Informe médico favorable. Ésa fue la conclusión a la que llegó Juan José Sánchez Luque, presidente del Colegio de Médicos de Málaga, tras desgranar los resultados del análisis curricular y de hábitos saludables del alcalde malagueño, Francisco de la Torre Prados, de 72 años, cuando le presentó el lunes en un salón del hotel NH en el Foro Nueva Economía. De la Torre discurrió sin la necesidad de papeles y al estrado se subió de un salto, demostrando que no es un 'pato cojo', como llaman en EEUU al presidente en los últimos meses de su segunda legislatura (allí sí hay limitación de mandatos). Así que, si De la Torre no se presenta una vez más a la alcaldía -en mayo próximo cumplirá 17 años como primer edil- no es por falta de salud ni de ganas, como él mismo apostilló.

Lo dejó tan claro De la Torre (en respuesta a la pregunta sobre si le relevaría antes de terminar su mandato el presidente de la Diputación, y presidente del PP en Málaga, Elías Bendodo) que se ha vuelto a especular sobre su posible eternidad en el cargo. Aunque fue su mujer, Rosa Francia, la que informó a finales del pasado año, en una intervención en Cope Málaga, que su marido le había confesado que no se volvería a presentar.

Rosa agarra la mano de quien es desde hace décadas su media naranja, el actual alcalde de Málaga. Junto a él se la puede ver ya, una joven morena entonces, en algún reportaje de archivo narrado por Matías Prats en los primeros años de 1970 en que Paco de la Torre fue presidente de la Diputación, en un pregón o premio de embellecimiento de alguna localidad de la provincia malagueña. La filóloga y profesora Rosa Francia (como la recordó su exalumna, la también profesora Elvira Roca Barea, en la presentación en el Ateneo malagueño de su interesante ensayo: Imperiofobia y Leyenda Negra, publicado en Siruela) ha sido, por tanto, la que mandó parar, ella y nadie más, la futura hiperactividad municipal de su marido. 2019, próximas elecciones municipales, Estación Términi.

La mujer del alcalde tiene una habitual presencia mediática en Málaga, en tertulias radiofónicas o en alguna entrevista (yo mismo le hice una en televisión en la que me sorprendió, compartiendo charla con el activista gay y 'drag queen' Shangay Lily, tristemente fallecido hace menos de un año, en la que saltaron chispas de ingenio y tolerancia entre personas tan distintas que no estuvieron distantes) No es de extrañar su soltura en los medios, con el riesgo que eso conlleve. Le viene de casta. Rosa es hermana de Clara Isabel Francia (otra mujer de carácter, presentadora del telediario de la Transición junto a Lalo Azcona, directora de La 2 en los primeros años 80 y que fue mi directora general en Radio Cadena Española), y hermana de Juan Ignacio Francia, director de aquel legendario programa de Radio 3 Caravana de hormigas.

Con todo, mientras algunos hablaban bajito de lo francófilo que es De la Torre y de que una salida podría ser algún puesto diplomático en la capital gala, horas antes de que el presidente Hollande llegara a Málaga para la cumbre hispano francesa, uno imaginaba al alcalde en la cumbre de su casa, en la hogareña Francia del apellido de su mujer, Rosa, ejerciendo de abuelo -inquieto, eso sí-, con la satisfacción del deber cumplido.