Violencia social

Termino de ver las noticias y dicen que alcanzamos un record en violencia de género. No entiendo por qué se escandalizan los medios de comunicación. Estamos recogiendo los frutos de lo que se lleva plantando desde hace más de treinta años: Violencia.

Somos un país pendular: o lo prohibimos todo, o lo permitimos todo. No tenemos el sentido de la virtud que está en el término medio. Los que tenemos años, vemos cómo se está perdiendo a marchas forzadas el sentido de civismo.

El Gobierno inyecta agresividad en nuestra juventud permitiendo todo tipo de violencia sangrienta en la televisión: asesinatos, sexo, violaciones, mutilaciones y cuanto más sangrientas mucho mejor y disfrutadas cómodamente desde el sillón de nuestra sala de estar en horarios infantiles. Si esa violencia gratuita y ponzoñosa todavía es poco, además, se anima a nuestros niños a la ludopatía en las televisiones. Además, se permiten esos juegos de consolas en que se vence en función de cuantas más personas atropellas con un coche virtual, y si esa persona es anciana, te dan un plus de puntos.

Después de tantos años inyectando esa educación en nuestra juventud, ¿Quién se puede creer que esta sociedad sea pacifica y tolerante?¡No puede ser! Eso es imposible. Uno hace lo que le enseñan a hacer. Si siembras violencia no vas a recoger tolerancia.

En las noticias vemos palizas de pandilleros machacándose. Vemos grupos de chicas, sí, señores chicas, lo antes nunca visto, apaleando sin piedad a otra desgraciada y, además, regocijándose grabándola y subiéndola a YouTube.

Algo falla en la educación de nuestra juventud. Estamos inculcándoles la violencia y el culto al cuerpo, es decir, estamos arrancándoles la piedad y eso implica que no serán compasivos con sus semejantes y mucho menos con los inútiles viejos con sus decrépitos cuerpos de, eso, viejos.

Lo triste y desesperante de esto es que, parece ser que los gobiernos no quieren darse cuenta de este enorme problema que puede llevar al caos a una sociedad violenta. Ellos piensan que sin hacer nada los problemas se esfuman. ¡Así nos va!

¿Es que nadie se da cuenta del origen de esa violencia?

Víctor Mengual Arrufat. Málaga