El Ayuntamiento de Málaga se plantea multar a quienes coloquen sillas en la calle para ver pasar los tronos en Semana Santa. Así reza (un titular sobre Semana Santa reza) una noticia de ayer. Pues no hay huevos. Sillas sí hay.

El Ayuntamiento no va a multar a nadie, dado que tendría que multar a media Málaga, a una tradición, a una costumbre, a un rito y a un Senado (tribuna de los pobres) que tiene más sabiduría, colmillos y gracia y fe que todo el elenco de concejales vivarachos que van por la vida poniendo reglamentos y no soluciones. La estampida del Lunes Santo se produjo por los que estaban de pie, no sentados. Es cierto que las sillas impiden un desalojo correcto en caso de emergencia, pero es cierto también que las sillas llevan colocándose doscientos millones de años y no parece que nunca haya pasado nada. Cuatrocientos millones de personas humanas, por no exagerar, van a ver al Cautivo y ahora la culpa va a ser de doña María o don Esteban, que ponen su silla y no se meten con nadie. La gente está, como el tomate, tan tranquila en su mata, y llega un tío malaje y dice que hay que arrancarlas. El Ayuntamiento dice que va a activar el Lunes Santo el protocolo que activa el Jueves, con lo cual descubre décadas de desidia. Es decir, por qué no lo ha hecho antes. No sabemos en qué consiste tal protocolo. Tal vez en que haya más seguridad, más cámaras, más policía, más vigilancia. O sea, lo que debería haber todos los días. No sólo el santo jueves. A mí, la Legión.

El Consistorio afirma que va a tomar medidas. Pues como no sea enterarse de una vez de lo que mide Carretería. Lo que urge, tal vez, es un cambio de horarios, tal vez de itinerarios, una mayor racionalidad, no descartándose tampoco que se introdujera una dosis cierta de civismo por parte de todos. Desde el que suscribe hasta el foráneo pasando por el procesionante (que rule, que rule el porrito), el nativo o quien sea. También habría que señalar mejor las posibles salidas de emergencia, reducir el infame tribunón de la plaza de la Constitución (no pasa nada por que haya menos culos ilustres sentados), exigir al Gobierno más policía, hacer campañas sobre seguridad y no sabe uno qué más, siendo el último recurso multar.

Tal vez lo próximo sea una zona azul para ver tronos. O sea, que se aposenten en ella quienes paguen. Quienes tengan parné. Esta gente es que no conoce a quienes gobierna. A quienes administran, mejor dicho.