Ayer al sol de Málaga le importaba un pito el telediario. Se pasó el parte meteorológico por la fotosfera y dijo aquí estoy yo. Pero como si eso diera igual, mientras los medios titulaban sobre los presupuestos salvados a golpe de talonario por Rajoy y sobre los golpetazos de avales presentados por Susana Díaz y por su sin embargo compañero Pedro Sánchez, una niña de 13 años acuchillaba a otro chico con una navaja cuando estaban en un pasillo de su instituto en Madrid. No hay sol en el techo de un pasillo que la violencia convierte siempre en un túnel oscuro.

La navaja y la bala

El chico quedó herido leve por los cortes que paró con el brazo, pero está en el hospital por dos pinchazos que sí son profundos. Algún periódico se preguntaba si el ataque fue por desamor. Por amor, o por desamor, no se ataca, aunque se ataque. Tan jóvenes en ese miserable abismo de la violencia. Leo la carta de Dudamel, el prestigioso director de orquesta venezolano, en la que llora la muerte por una bala en el cuello de otro adolescente, Armando Cañizares, un violinista formado en el valioso Sistema Nacional de Orquestas Juveniles e Infantiles de Venezuela que hoy agoniza, como todo en ese país: «Las únicas armas que se le deben entregar a un pueblo son las herramientas para forjar su porvenir: instrumentos musicales, pinceles, libros; en fin, los más altos valores del espíritu humano: el bien, la verdad y la belleza», dice Gustavo Dudamel.

La verdad, el bien

Cómo no estar de acuerdo con Dudamel€ Pero, aun salvando las distancias con la violenta situación venezolana, dónde están esos valores en este sobrevivir cotidiano al que nos están llevando quienes deciden sin valores. Dónde está la verdad en la dosis de hipocresía a la que nos obliga conseguir o conservar un empleo incluso precario. Dónde el bien, cuando señalarse por lo que creemos bueno nos cuesta la enemistad de quienes defienden de pago lo contrario o cuando ayudar a quien está siendo atacado te puede costar la vida. Dónde la belleza si la hipocresía, el mirar para otro lado, el postergar sine díe, el cara a cara con el amigo para no encarar el conflicto, etc., lo afean todo más que esa lluvia barrosa que no empapa la tierra pero se derrama por las azoteas manchando las fachadas. Hasta dónde nos llega el barro.

Sondeos son

Dos encuestas que hemos podido leer esta semana salpican barro con la sospecha de que no sólo casi todo está corrupto, sino amañado. En pleno lío de los fiscales y tras las vergonzantes revelaciones de la operación Lezo, el sondeo que destacaba un medio cercano al PP le daba ganador en portada en Madrid si hubiese elecciones autonómicas. La que traía otro periódico de línea editorial distinta destacaba la contundente pérdida de escaños del PP. Si bien es verdad que mantendría el primer puesto, por apenas un punto porcentual, y Cifuentes sería de largo la política mejor valorada. Podemos subiría al segundo puesto, seguido de cerca por Ciudadanos. Al cuarto puesto quedaría relegado un PSOE que responde a la OPA de un hostil Pablo Iglesias con el lloro de estar siendo opado para hacerles perder el sitio. Pero ese sitio que, excepto en la república de su casa, bienvenidos a Andalucía, ya no tienen, lo ha perdido el propio PSOE.

Cisne y sirena

Quizá por eso otro histórico del PSOE, Rodríguez Ibarra, ha pedido que los candidatos a las primarias se retiren y se celebre el congreso socialista para aprobar dos asignaturas, una pendiente y otra de futuro inmediato: reubicar la socialdemocracia en esta realidad globalizada y enfrentar la robotización que ya está aquí. Pero, al margen de que sea una propuesta interesante o el inoportuno canto de un cisne que ya sólo es un viejo pato para quienes aspiran al poder en su partido, no parece que nadie esté en eso. No lo están los que tienen algún cargo. Tampoco quienes son sólo militantes; ni los que votan en conciencia, que por supuesto los hay, ni los que votan a quien el secretario provincial les indica (y de ahí parte de la fuerza orgánica que tiene cada secretario), como ha sido hasta ahora aunque quienes lo hacen lo callen.

Hemeroteca letal

Y dónde está el bien y la verdad a la hora de negociar los votos en el Congreso. Todo esto hastía a quienes asisten a la hemeroteca. El mismo Aznar que criticaba a González por su generosa aportación fiscal a Cataluña la subió cuando necesitó el voto del «honorable» Pujol. Ambos presidentes, con la ayuda final de Zapatero, llevaron a CIU al paroxismo electoral. Sólo el 3 y 4% y el ladronicio de los Pujol hicieron implosionar el partido dejando su sitio al actual batiburrillo independentista. Ahora el mismo Rajoy que acusaba de «bajarse los pantalones» a Zapatero con el concierto vasco, ha demostrado que «sabe negociar» consolidando el discutible cupo con más millones de dinero público. Al final, a quienes hay que felicitar de verdad es a los nacionalistas vascos. Pues eso: Zorionak, PNV€ Porque hoy es sábado.