Cuando la avaricia rompe el saco

Aunque el ahorro es bueno y más si procede de un trabajo digno, hay gente que sufre el vicio de la avaricia y nunca tiene suficiente; vive pobremente para morir ricos, que a lo mejor ni si quiera tienen herederos y si los hay, la herencia les puede servir de controversia. Los hay también que reúnen con tanta agilidad y avaricia, que se apropian hasta de lo ajeno y encima se lo llevan de España a los paraísos fiscales, cometiendo doble pecado pues no crean aquí, ni riqueza ni trabajo y ejemplos por desgracia tenemos bastantes. Si éstos no tuvieran tanta cara, pensarían que esta vida tiene fecha de caducidad, que después viene la muerte y su trascendencia y que al final no les servirá de nada como a codicioso. Un avaro se moría/ recontando su dinero/ y llorando le decía/ maldito, para que te quiero/ si no me salvas la vida. Y seguro que ni la otra tampoco.

Federico BarberoMálaga