El PSOE está a lo suyo. En eso que tanto gusta en Francia: un proceso de refundación. Los franchutes lo mismo te refundan el Frente Nacional, que te refundan el centro-derecha entero que te hablan de refundar la 5ª República de De Gaulle. Pues en el PSOE están a eso. Si le quitamos la P, como a psiquiatra, nos quedamos con SOE. Además, de tener algo que empiece por esa letra sería partido, en minúscula, roto. Los de Ferraz están a garrotazo limpio desde hace meses y poca solución a corto plazo se le ve.

La siguiente inicial, la S, depende mucho de quién gane las primarias: si gana Pedro, la S será muy socialista y mucho socialista; si gana Susana, la S quizá se diluya, como esas que pronuncian los ingleses, tan líquidas que casi ni se perciben€ O tan andaluza que se aspire. En el caso de Patxi López, la S puede quedarse, pero sin molestar. Con tibieza.

La O, de obrero, pende igualmente de un hilo: si gana Pedro, la O se quedará en el consejo de administración de algún banco, como un obrero venido a más o un político recolocado; si la agraciada es Susana, la O se colocará en un sindicato o en alguna empresa pública, o lo mismo la colocan como funcionaria de carrera. A Patxi la O ni le gusta ni le disgusta, ni le va ni le viene. La O puede quedarse, pero sin molestar. Con tibieza.

Y terminamos con la E, de Español: Pedro no está seguro de que la E sume, así que donde te dice una cosa te dice la otra y, bueno, es más barato un cartel con menos letras; a Susana la E le pone, le ayuda a dirigirse a su público, pero si en vez de una E fuese una A de Andalucía, lo mismo se quedaba más tranquila. A Patxi la E no le molesta. Que se quede, pero sin molestar. Con tibieza.