La apertura de nuevos tramos del metro de Málaga se retrasa hasta 2020. Lo anunció ayer el consejero de Fomento, que por ahora está fomentando la incertidumbre. Felipe López giró visita a las obras y se llegó hasta el puente de Tetuán. Mejor dicho, a lo que queda de tal puente, que tienes los pilares igual que nuestra paciencia: demolidos.

La avenida de Andalucía es un carajal, un caos, una cicatriz como de apendicitis de lagarto. Un cruce a la nada con desvíos incomprensibles, un pierdebotas, un laberinto cuchicuerno. Los turistas que entran a la urbe en automóvil deben rectificar su impresión sobre la ciudad cuando están en el Muelle Uno, la calle Larios, el Pompidou o fornicando en el hotel, pero cuando enfilan el prólogo de la Alameda bien pueden pensar en que se está rodando un filme apocalíptico.

El metro no estará terminado antes de 2020, ya que en los próximos dos meses se licitarán las obras de los tramos que faltan (terminar el túnel bajo la avenida de Andalucía y el tramo en superficie al Civil), que tienen un plazo de ejecución de 30 meses. Sí. Treinta meses. Desde ya apostamos a que, al menos el metro al Civil, no está ni en 2021. En cualquier caso, todos estos plazos vuelven a retrasar los comprometidos en los últimos tiempos, que fechaban la apertura a principios de 2018 y luego se retrasaron a 2019. ahora se apunta a 2020. Todo esto indica por otra parte lo viejo que vamos siendo. Antes, 2020 sonaba como a ciencia ficción. Ahora está a la vuelta no de la esquina, y sí de las obras en la avenida de Andalucía y Eugenio Gross. El metro es otro proyecto que avanza a poca velocidad, aunque comparado con lo que se despacha en los últimos tiempos, al menos avanza. En los próximos días se espera que el alcalde De la Torre ponga alguna pega al trazado o cambie de opinión o priorice, ya lo hizo el otro día, la llegada a la plaza de la Marina frente a la llegada al Hospital Civil. Así son los debates de calado, al albur de un asesor que un día se levante con las endorfinas altas, y los biorritmos en su sitio y decida que hay que dar una rueda de prensa. Lo malo es que en la rueda hay que contar algo, y claro, llegan las improvisaciones y las quisicosas y quisquillosidades. La Junta se está empantanando con el metro, también en Granada. La obra es un maná de inversión pública pero un martirio para quienes la padecen. Hay que conjugar ambas cosas, lo cual es un deseo este de puro teórico, sí. Porque así están las cosas: pedir sentido común es bastante criticado. Hay quienes en sus preconcebidos dogmatismos no ceden ni un metro.