El domingo, la militancia socialista tiene la llave: de su voto depende el futuro de un partido con más de cien años de historia. Hay tres candidatos para liderar el PSOE y según quien gane veremos si es posible o no la tan necesaria unidad y conseguir un partido enraizado en su historia y en lo que ha significado para España, con proyección de futuro centrado en lo que la socialdemocracia puede ofrecer al ciudadano. Este es el modelo de Susana Díaz, la presidenta andaluza, que tiene todas las posibilidades de alzarse con la victoria, conectando con la militancia que no quiere aventuras. El voto de la militancia andaluza es clave. El PSOE necesita salvar su identidad y huir de enfervorecidos populismos muy jacarandosos pero frustrantes.

Pedro Sánchez es como una marioneta y está mareando la perdiz según le vengan los vientos de frente o de cola. Pedro Sánchez busca el voto del militante bajando su diapasón en asuntos claves para España, inventándose eso de ´nación cultural´ para Cataluña y su acreditada proximidad a Podemos para configurar un bloque de izquierdas. Sus matizaciones son propias de quien pone las ideas a su servicio para conseguir el apoyo de las bases (la militancia), lo que desdice y mucho de su seriedad y credibilidad a la hora de transitar por la política. Esta es la sensación que dio en el debate de los candidatos a las primarias del PSOE. Su mantra fue que la abstención de los diputados socialistas le dio el Gobierno a Rajoy y poco más. Pedro Sánchez, tal cual hace Podemos, es partidario de consultar a las bases y regirse por una democracia asamblearia antes que representativa. De todos modos hay que reconocerle a Sánchez su valentía porque sin apenas bagaje (no es no) se echó a los caminos como un misionero, no sé si de la buena fe y de la esperanza.

Por el contrario, los otros dos candidatos a las primarias del PSOE de este 21 de mayo mantienen su ruta, sin golpes de timón, ni nefastas veleidades. Susana Díaz tiene clara su posición y la del partido socialista sobre Cataluña dentro de un estado federal y siempre respetando el acuerdo que firmaron los socialistas en Granada y de Podemos no quiere saber nada. Patxi López mantiene, con enorme dignidad y rigor, su pensamiento y señas de identidad como socialista que ha mamado desde la niñez los valores humanos y sociales que impregnan a este partido. Quiere unir a los socialistas en un partido fuerte, capaz de ganar a la derecha. Lo mismo que sostiene Susana Díaz que quiere un PSOE ganador, única alternativa real desde la izquierda al PP de Mariano Rajoy. Pese algunas puyitas de López a Díaz parecen que están llamados a entenderse. A Sánchez le van mejor las confluencias populistas (de izquierdas, claro).

Si Pedro Sánchez quiere ganar necesita algo más que presentarse como víctima del aparato y de la gestora aunque le vaya bien, eso parece, jaleando a sus acreditados hooligans, algunos de los cuales tienen colgados muchos quinquenios de militancia socialista y en no pocos casos consumados históricos del duro aparato que trituró a no pocos compañeros, en Málaga por ejemplo.

En cualquier caso, parece que Susana Díaz será la vencedora, con un proyecto de partido concreto, con ideas claras sobre España y sus territorios; sin ambigüedades. La presidenta andaluza ha hecho una campaña sensata, acercándose a la militancia sin rencor ni odio pese a las bajezas de que ha sido objeto, insultada y maltratada por quienes anteponen las vísceras al cerebro y a la inteligencia.

P.D.- (1) Se hacen apuestas sobre el nivel de resistencia de Mariano Rajoy. ¿Cuánto podrá aguantar? Esa es la cuestión.

(2) Cristina Cifuentes está en el ojo del huracán. Ni su mejor sonrisa puede ocultar lo que la Guardia Civil (UCO) ha señalado en el largo camino de la financiación ilegal del PP madrileño, desde los tiempos del ´tamayazo´. Fundescam, la fundación que se inventara Esperanza Aguirre, es un pozo infesto.

(3) ¿Quién me vende una fiscalía come il faut? ¿Quién me vende un ministro reprobado? Usted lo sabe y yo también.