Derribando a un dios

Un humorista del mundo madrileño ha dibujado a un Sánchez derribando la estatua de un dictador, Felipe González. Más que un dictador, habría que llamarle, como sus íntimos entonces, un dios. Y recordemos que no cambia nada a fondo mientras no se cambia de dioses.

Hay un claro precedente histórico. Al amanecer de un 13 de marzo del 2003 me sorprendió la noticia de que contra lo que parecía seguro y contaba con el apoyo de toda la cúpula del PSOE (menos una catalana), Borrell, había vencido a un Almunia nombrado a dedo por González, y por diez puntos, como ahora Sánchez a Díaz. Aunque ya lejos del PSOE, hice a toda prisa unos carteles y fui colgando en los alrededores de la sede de Ferraz, cuando sólo habían llegado los periodistas: «El PSOE REVIVE. Felipismo adiós», que reprodujeron los medios.

Por desgracia, me equivoqué, y el aparato del PSOE obligó de hecho a Borrell a dimitir para restaurar a Almunia, que tuvo que dimitir y terminó expatriándose (con honor, etc.) tras un desastroso resultado electoral. Esperemos que ahora acierte este dibujante y el reincidente optimista sociólogo que suscribe, que volvió el 21 de mayo a Ferraz con una única pancarta (ya no existe ni la libertad de poner carteles), con un lema parecido y difundido: «El PSOE REVIVE; PP, adiós».

Martín Sagrera Capdevila. Mijas