Ángeles Muñoz quiere ser de nuevo candidata a la alcaldía de Marbella. Sería la quinta vez. El Partido Popular, el aparato provincial, preferiría sin embargo a Manuel Cardeña, secretario general del PP marbellí, que representa otro estilo, una renovación y una mejor y mayor sintonía con los tiempos.

Muñoz de hecho emite en una frecuencia un tanto pasada, en ondas como las que emitían Oña o Fernández Montes, que van tendiendo más a la momificación política que al futuro y a la acción. Cardeña, que es un tipo excelente, está además bien colocado como gerente en Acosol, que es puesto de relieve y proyección desde el que se puede regar bien a los medios, comprar voluntades o alquilarlas y hacerse o labrarse una imagencita en esto de la política y la gestión. Muñoz tiene procesos judiciales pendientes, como el derivado de la alteración de los lindes de Marbella con Benahavís, presuntamente en beneficio propio.

Todo esto supone un dolor de cabeza para Elías Bendodo y para su nueva lugarteniente, Patricia Navarro, secretaria general en la provincia. No les ha dado tiempo a expulsar la resaca por la celebración del retorno de Francis Salado a la alcaldía de Rincón, cuando viene Muñoz, organiza un cónclave del PP marbellí a puerta cerrada y anuncia, por nota, que optará de nuevo a ser la presidenta local. En la misma nota, como concesión al humor, viene que cualquiera de los cinco mil miembros del PP marbellí pueden optar a presidir la organización. Claro que todo esto es baladí en comparación con la madre de todas las decisiones: quién sustituirá a Bendodo en la Diputación si tiene éxito la idea/deseo de que De la Torre deje la alcaldía en un año o así. Desde la Diputación se controla el partido...

Todo esto se mezcla con las tentativas que los populares hacen de cuando en cuando para alterar el ecosistema político local. Ahí es nada, algún dirigente popular rajando de que San Pedro no tiene suficiente autonomía (guiño a la OSP) sin caer en la cuenta de que ahora es cuando tiene más y en tiempos recientes cuando tuvo menos.

En Marbella también sigue el run run acerca de cómo va a organizarse allí Ciudadanos, loco por pillar cacho en el municipio. Se han detectado ya algunas tortas por ser candidato a la alcaldía por la formación naranja, si bien los de Rivera no atraviesan un momento dulce en la provincia, dado que están divididos en califatos o virreinos o bizantinías sin un liderazgo claro a nivel provincial aunque sí en diversos enclaves.