No me refiero al partido de Macron de ese nombre, sino a la imagen icónica que Podemos repite una y otra vez, la de su grupo compacto de dirigentes, encabezado por Pablo Iglesias, marchando por algún sitio, por ejemplo por un pasillo del Congreso camino de la moción de censura. Es una imagen estudiada, claro, que traslada ideas de dinamismo, determinación, cohesión grupal. Le daba yo vueltas al carisma icónico en cuestión y caí en que venía, como de ningún otro lugar, de la imagen de los campesinos marchando en el filme Novecento, de Bertolucci (y algo también de cuadros de Genovés). Bueno, vale, no pasa nada, la imagen es la imagen y hay que buscar que tenga poder de evocación, pero no hay que pasarse. Hay un punto en el que, si se sigue repitiendo una y otra vez, la imagen se vuelve kitsch, o sea remedo, parodia, farsa, timo (ya lo es, para los que están en el secreto).