'Estados, emigración y religión', por Plácido Cabrera Ibáñez

Sorprende que las relaciones diplomáticas entre Estados no ayuden mas eficazmente en el respeto de los derechos humanos. Entre estos derechos, se encuentra el de la libertad religiosa. Hace unos días se conocía que un tribunal paquistaní ha sentenciado a muerte a un hombre acusado de cometer blasfemia en Facebook. Por blasfemia allí entiende “insultar al profeta Mahoma”. En este caso, la blasfemia era “presuntos comentarios despectivos contra Mahoma, sus mujeres y acompañantes”. No tengo noticias que haya supuesto consulta alguna diplomática por parte de ningún Estado. Resulta preocupante el trato que allí dispensan a las personas por estos motivos y las ayudas que los musulmanes reciben en los países europeos en sanidad, educación, vivienda, desempleo, etc., que suponen un esfuerzo por parte de todos, por salir de nuestros impuestos. Mientras tanto, en nuestro País, el número de emigrantes musulmanes se ha incrementado notablemente, cada vez son mayores los ataques verbales y materiales cometidos por los musulmanes contra valores y símbolos cristianos que no tienen delito penal. No es fácil aceptar que tengamos que ayudarles con nuestros impuestos, y padecer una actitud y comportamiento, frecuentemente agresivo y violento, contra nuestros propios valores.