Como ya se dijo aquí hace bastante, la moción no era contra Rajoy, sino contra el PSOE. ¿Por qué algunos se sorprenden ante algo que estaba anunciado? Podemos colocó la carga explosiva contra el Partido Socialista en el punto (el momento) de mayor debilidad: con una dirección todavía pendiente de formalizarse, sin presencia del líder en el Parlamento y con una total indefinición precongresual en su modelo de partido, de economía y de país. Por lo demás, Rajoy sale fortalecido, pero ¿qué le puede importar eso a Iglesias, si ha cumplido el objetivo de esta nueva entrega de su larga OPA al PSOE? La capacidad táctica de Iglesias es muy notable, se mueve por el ring con aquella soltura de Casius Clay y aunque al ser peso gallo no tenga su pegada tampoco le hace falta con un PSOE sonado. Rajoy, mientras tanto, feliz de tener enfrente un adversario que nunca le quitará un solo voto.