Política por devoción, no por profesión

Los ciudadanos del primer mundo hemos cometido sin darnos cuenta un error descomunal, hemos permitido que la política se convierta en una profesión. Con la llegada de la nueva política los partidos emergentes se esfuerzan en remarcar lo que les separa de la vieja política. Esto, aunque a priori sea una buena idea, hca terminado en manifestarse, por parte de Podemos ,como una sucesión de actos simbólicos, como el trama-bus, llevar camisetas al parlamento o presentar mociones de censura que no progresarán. Esto lamentablemente tiene algo en común con los procedimientos de vieja política: Es inútil. Y es inútil porque no hace nada práctico por solucionar los problemas que torturan a los ciudadanos, como el paro, la corrupción, la educación o los problemas sociales. Vivimos en un mitin permanente donde los partidos solo se centran en hacer ruido para captar votantes y sobrevivir. Ante esto la única solución es derrocar la política como profesión, y que los políticos vuelvan a ser ciudadanos con trabajo que en cierto momento de sus vidas participaron de manera temporal en la política. Hasta que esto no cambie, de la misma forma en la que un frutero te vende fruta, un político te venderá política.

Cristina CastroMálaga