En esta esquina se viene defendiendo desde tiempo ha el carácter plurinacional de España, pero el concepto hay que manejarlo con tiento, como la nitroglicerina. Para dar cuenta de que nuestro país lo es (plurinacional), y lo ha sido a lo largo de una historia que no logró cancelar el centralismo llegado en 1705, basta repasar lo que han sido los siglos XIX y XX, regidos por una dialéctica entre la tensión particularista, la guerra para frenarla, y el ensayo de modelos para tratar de encauzarla sin ruptura. Por tanto si el genio español no es plurinacional no se qué hace falta para que se enteren. Ahora bien, la hondura del hecho da cuenta también de la magnitud del reto de renovar el modelo para dar respuesta actual a esa tensión sin cargarse el Estado y al final España. Por favor, ya que dicen asumir la suerte háganlo con rigor, con gravedad, con discurso, con arte y sin frivolidad.