El portavoz de Ciudadanos en el Ayuntamiento de Málaga, Juan Cassá, convidó a desayunar el otro día a los periodistas para decirles que le gustaría ser alcalde de Málaga.

Si todo el que quisiera serlo hiciera lo mismo, los periodistas iban a engordar una barbaridad en esta ciudad, a base de bollos, pitufos y cruasanes. Los cruasanes han dejado de gustarle a uno desde que se escriben así. Parece que ya no crujen igual. El cronista es un poco afrancesado, no sólo en lo tocante a costumbres desayunantes o desayunadoras, y lo prefería con esa grafía y pronunciación gala, que los hacían como más sofisticados. Elías Bendodo quiere ser alcalde de Málaga pero no se lleva a la prensa a desayunar, no vaya a ser que la prensa le pregunte si quiere ser alcalde y le jodan el desayuno. El alcalde extendió hace tiempo la leyenda de que desayuna Nesquick, con lo cual se enemistó con los partidarios del Cola Cao. También desayuna sapos, pero se ve que al hombre le sientan bien, porque a lo mejor hay problemas que no es capaz de solucionar, pero cada vez sube más rápido las escaleras. Cuando toca bajarlas, los camarógrafos ya se han ido. En el PSOE hay unos cuantos que querrían ser alcalde. Lo malo es que antes hay que ser candidato. Entre tanto, se desayunan con la prensa, que viene calentita de nombramientos de socialistas. Se avecinan cambios y movimientos y la pedrea de cargos continúa.

Luego tenemos también a los que procuran estar ayunos de polémicas, como Carlos Conde, que a fuerza de ser un portavoz (municipal del PP) que no habla mucho, que no se mete en charcos ni en polémicas, va el hombre generándose un pequeño prestigio, que tal vez lo lleve a poder desayunar de la política de por vida. A lo mejor es que se trata de eso. Mientras, otros de sus compañeros se van abrasando. Los ves por la mañana y aún están blanquitos. A mediodía ya están tostados de críticas y por la noche parecen un pollo que llevara dos días en el asador. Cassá sueña con ser alcalde y con sacar seis concejales, es decir, espera ser alcalde inclinando la balanza a una de los dos bloques, no siendo la fuerza más votada.

En el citado desayuno, según recogía ayer este periódico, dijo que no tiene nada que hablar con Elías Bendodo. Tal vez al leer este artículo, Bendodo lo llame para desayunar. Si no es muy tarde, que te pones a leer y a pitos y flautas y te da la hora del aperitivo. Con De la Torre sí desayuna. Cassá, no Bendodo. Un domingo al mes, dice. Lo que no sabemos es si Cassá será de Cola Cao o de Nesquick.