Así promociona La Sexta su decidido apoyo a estos días de fiesta y reivindicación de los derechos y libertades de LGTBI. Mucho Orgullo. Es una cortinilla de apenas unos segundos en la que se ve la pantalla con rayas que recuerdan los colores del arcoíris. Oh, no, aparta de mí ese cáliz de veneno, Satán, retira de mi vista esa terrible visión del pecado, no permitas que niños y jóvenes se contaminen con esos mensajes de tolerancia, respeto y alegría, no lo permitas, Señor. Haz como yo, que dirijo la radio y tele públicas y desde ahora te digo, oh, lucero del alba, que soy un caballero, católico, apostólico, y romano, y que TVE no está para esas fanfarrias. Firma, José Antonio Sánchez, menda que preside RTVE, el mismo que dijo votar al PP, el mismo que está dispuesto a que le caigan desde el cielo y el infierno críticas por su gestión avalando un periodo aciago de manipulación y descrédito de La 1 ya que, «puf, menos mal que estoy bien pagado», se le oyó decir al pájaro en la comisión de control de RTVE en el Senado. Ahora, ante uno de los acontecimientos de carácter planetario, el World Pride 2017, que convierte estos días a Madrid en el centro del mundo con la celebración de actos festivos, informativos, y con el Desfile del Orgullo el 1 de julio, el caballero católico, apostólico y romano, dice que esas ¿mariconadas? no son rentables y, además, contesta el pelanas católico al diputado del PSOE Ignacio Urquizo, «otras grandes cadenas tampoco lo retransmiten, como Antena 3 o Telecinco». Tócate la flor. Y no nos toque la nuestra. Otras grandes cadenas, sacristán mío, tampoco retransmiten las misas del domingo, tampoco, que yo sepa, son rentables, y la tele pública, su tele pública, sí las emite. Mire, José Antonio, señor Sánchez, usted puede ser el caballero católico, apostólico y romano que le dé la gana, pero cuando se sienta en su despacho, esas intimidades, guárdeselas. No ofenda. Menos mal que su culo huele a culo arrojado por la ventana del nuevo consenso.World Pride 2017

El nuevo consenso adoptado por PSOE, Podemos, y Ciudadanos -el PP se unió en el último momento- para elegir presidente de RTVE como se eligió en la legislatura de José Luis Rodríguez Zapatero, por dos tercios del Congreso y no, como cambió el PP con su llegada al poder, por mayoría. Se llegó al acuerdo, así que antes de que acabe el año, señor Sánchez, mi querido votante confeso del PP, mi enternecido sacristán, usted saldrá de la presidencia de la corporación pública por la puerta de atrás dejando un rastro de fango y descrédito casi sin precedentes. Frente a esta tele pública de la que no sólo no me siento orgulloso -con programas sin pulso, con telediarios vergonzantes que ocultan la realidad cuando la realidad se convierte en una apisonadora para el Gobierno, con un Canal 24 Horas que es el hazmerreír de los canales todo noticias, con una programación obsoleta cuyo único fulgor llega de un cansino Masterchef- está la nueva Telemadrid, que dirige José Pablo López y que ha logrado darle la vuelta al calcetín, que aún olía a los podridos potajes de Esperanza Aguirre, la gran dama de la mentira y la tele como arma partidista y tendenciosa. Telemadrid sí se volcará con los eventos en torno al World Pride Madrid 2017, y no sólo emitirá el desfile sino que elabora programación especial. Como La Sexta, sin duda la cadena que hoy por hoy ocupa el puesto que debería tener TVE, y no sólo en su decidido apoyo en la lucha contra la homofobia sino contra atisbos de machismo, maltrato a la mujer, xenofobia o racismo. La Sexta también emitirá el desfile del 1 de julio, y este viernes, para analizar su significado y trascendencia, dedicó La sexta columna a analizar de dónde venimos y dónde estamos. Venimos de un país que metía preso al maricón, y estamos en un país que conquistó, para ejemplo mundial, el matrimonio igualitario, aunque deduciendo que «la homofobia sigue viva, pero tiene cura».

Pito, chichi

Un ejemplo. Esta misma semana, a raíz de la presencia del rey Felipe VI en una corrida de toros, imagen caduca y reprobable, innecesaria y desafortunada, escribe Jorge Javier Vázquez reprochándole esa presencia real al jefe del Estado, y de inmediato, como una horda de energúmenos, los tuiteros como buitres se han lanzado contra el presentador. ¿Por su pésima gracia literaria, por su nefasto trabajo en Sálvame? No, nada de eso. Se han tirado al gaznate por su condición sexual, o sea, porque le gustan los tíos. Claro que es necesario un Día del Orgullo. Y dos. Otro ejemplo, sin salir del corral de Telecinco. Me llamo Chelo García Cortés, tengo 65 años, me acuesto con quien me da la gana y soy una mujer. Aplausos del público del programa, que la apoya por los comentarios jocosos sobre sus gustos sexuales, incluso sobre su aspecto físico, poco femenino, Kiko Hernández y Jesús Manuel. Y otro. Hace unos días, en Espejo público, Susana Griso invitó al presidente de Hazte Oír, los tarambanas que echaron un bus a la calle con aquello de que el pito es una polla y el chichi es un coño, y la presentadora quiso saber qué haría Ignacio Arsuaga si un hijo le naciera gay, marica, homosexual, de la acera de enfrente, que soltara aceite, que no fuera normal, términos que millones de pelanas usan en la intimidad. Lo tendría claro, dijo, buscaría ayuda. ¿Buscaría ayuda? ¿Para curarlo? ¿Hablaría con su confesor? Dios, qué locura. Está claro que falta mucho camino por andar, mucho terreno que conquistar, mucho ignorante al que informar. Y la tele pública, TVE, que debería dar ejemplo, no sólo no es un orgullo sino que es una vergüenza. El apoyo al Worl Pride llega hasta The walking dead, unido a la causa poniendo en su portada de junio cómo Jesús, personaje homosexual en cómic y serie, mata a un caminante atravesándolo con el palo de una bandera del arco iris, todo un guiño al movimiento LGTBI. Por cierto, otra cadena, DKISS, patrocina el Worl Pride. Con mucho orgullo.

La guinda

Sin estrellas

En unos días, como cuando los políticos alcanzan acuerdos en silencio para subirse el sueldo sin levantar polvito en los platós, los platós se quedarán vacíos de estrellas. Las más rutilantes, de Ana Rosa a Susana Griso o El Gran Wyoming, nos dejan por unos meses de playa, o de descanso en familia o en islas remotas sin focos y sin maquillajes. Pero sigo preguntándome. ¿Quién descansa de quién, ellos, o nosotros de ellos?