Solo sé que no sé nada

«Sólo sé que no sé nada»… Del todo y para siempre. Sócrates no se declaraba ignorante, como parecía indicar esa frase sacada de su contexto, sino que, como todo espíritu científico, era consciente que siempre se puede mejorar los propios conocimientos. El hombre de acción, el político, en cambio, se aferra a una verdad concreta para llevarla a la práctica, lo que será más probable que salga bien antes de que cambien las circunstancias, y si ha elegido bien su programa, con otras fuentes además de la del «Marca».

El director de una gran empresa necesita especialistas en la mercancía que produce, en economía, en propaganda, etcétera; pero -ese es su papel-, es el responsable global de todos ellos, para bien o para mal del conjunto. Ya Felipe González intentaba trampear y declararse «incorrupto» saliendo de las reuniones del PSOE cuando se empezaba a discutir sobre su financiación, y ya sabemos cómo acabó él y su partido. Hoy Rajoy pretende desesperadamente desligarse de la financiación del PP, ayudado por ciertos curiosos miembros de la Justicia.

Pero, aun con la ventaja de ser allego, de comprar o chantajear a muchos medios de difusión y de amordazar legalmente a la población, le está resultado más difícil y le hará fracasar antes que a su tan lamentable predecesor, dada la mayor madurez democrática de la ciudadanía y la existencia de nuevos medios de comunicación.

Martín SagreraTorremolinos