Tan acostumbrados como estamos los últimos años, no nos damos cuenta de lo que supone el partido de esta noche. España lleva clasificándose para campeonatos internacionales ininterrumpidamente desde la Eurocopa de 1992. Veinticinco años nada menos. Un cuarto de siglo en el que progresivamente se forjó, no sin algunos sinsabores, un camino que para cualquier chaval que acabe de alcanzar la mayoría de edad le parecerá de rosas, quitando el triste epílogo del desastroso Mundial de Brasil en 2014 y el inesperado tropiezo en la Eurocopa de 2016, sí, ante Italia. «¿Tassoti?» «¿Ese quién es?», preguntaría el chaval. Quien gane esta noche pondrá pie y medio en el Mundial de Rusia y el que no se verá condenado a una eliminatoria a cara de perro para estar en la cita mundialista. Con lo plácidas que siempre fueron, ya estuviera en el banquillo Camacho, Clemente, Aragonés o Del Bosque, el deseo de Lopetegui es que lo siga siendo, y ya en Rusia, pues que pase lo que tenga que pasar. Y para un encuentro como el de hoy, un escenario esplendoroso: el Santiago Bernabéu. Una grada repleta: no hay entradas desde hace días. Pero, un momento...¿Dónde se juega el partido? ¿Madrid? ¿Selección? La omnipresente polémica desde hace unos años, cada vez que La Roja juega en territorio patrio vuelve a la palestra. Los pitos a Piqué, porque el chaval no se está quieto con el Twitter y dice lo que piensa cuando le preguntan los medios de comunicación sobre el Real Madrid. Sus compañeros en la selección han estado rápidos esta vez. Primero Sergio Ramos, nada más iniciarse la concentración; después Dani Carvajal, en una entrevista radiofónica a cuento del importantísimo partido, repito: importantísimo, de este sábado. «Quien pita a Gerard Piqué nos está pitando a todos», vinieron a decir, curiosamente, dos jugadores del eterno rival del FC Barcelona. Hoy no se juega un amistoso en La Rioja por compromiso publicitario. Esta noche no se espera que le metamos cuatro goles con la gorra a un equipo de relleno en el grupo. Hoy estarán delante Buffon, Bonucci, Chiellini, Verrati, De Rossi... nombres de Champions. Nombres que suenan a cuartos de final de un Mundial, a finalísima de un campeonato internacional, a partido grande, en definitiva. Que la grada no lo estropee tirando piedras contra su propio tejado. Que los pitos sean para los italianos. Que sea un partidazo. Y que gane España.