Esto es lo que pienso que sucederá cuando dentro de unos días se dispute la final del Europeo, que España se proclamará campeón de Europa. Y es que nuestro equipo ya sería uno de los principales favoritos si todas las selecciones presentaran en sus plantillas a sus mejores jugadores. Sinceramente que no veo rival en esta competición en la que, por desgracia, todas las selecciones tienen grandes ausencias por diferentes motivos.

Y eso a pesar de que algunas federaciones han obligado a participar defendiendo sus colores a esos americanos que disfrutan durante la temporada de un pasaporte comunitario para no ocupar plaza de extranjero en las ligas domésticas. Esta circunstancia unida a las grandes ausencias iguala la competición y la hace mucho más divertida. De hecho, en las primeras jornadas ya se están viendo algunas sorpresas.

Nuestro equipo es el que presenta más jugadores NBA y es claramente el rival a batir. Esto a pesar de que también presentamos bajas por lesión en algunos casos o decisión personal por otros. Pero sinceramente no veo ninguna selección capacitada para discutirle el título a nuestra selección.

Ahora bien, esto no lo digo por quitarle ningún mérito a este entorchado europeo que nuestro baloncesto tiene como objetivo. Todo lo contrario. En primer lugar, tenemos que valorar que nuestras estrellas tienen un enorme compromiso por jugar en la selección. Todos los veranos están dispuestos a formar parte del equipo a pesar de lo dura que es la temporada para alguno de ellos en la NBA. Los más jóvenes tienen esa ilusión por compartir vestuario con nuestros jugadores referente y demuestran que podemos estar tranquilos, que hay relevo cuando los mayores decidan retirarse, momento que cada día está más cerca, como es lógico.

Pero además de este compromiso por la selección, nuestro equipo transmite una ambición enorme por ganar, por seguir cosechando logros y escribir exitosas páginas en la historia del baloncesto mundial. Para mostrar esto no es suficiente con venir y formar parte del equipo. Hay que ponerse a trabajar y nuestro equipo trabaja cada partido. Esto se demuestra viendo a España defender. Que un equipo con jugadores de tanto talento se emplee defensivamente con la energía que lo hace nuestro equipo es síntoma de ese compromiso y ambición. Pero encima es que ofensivamente jugamos como un equipo, sin egoísmo, compartiendo el balón y asumiendo a la perfección cada uno su rol dentro de un conjunto con tantos jugadores tan buenos que son top cada uno en su equipo.

En mi opinión, nuestra ventaja es que España funciona como un equipo a pesar de ser una selección. Y ese equipo tiene que tener un líder, alguien capaz de hacer comprender a todos que para ser equipo todos deben defender y en ataque cada uno debe asumir su rol, entendiendo que el equipo está por encima de cualquier individualidad. Ese líder es sin duda Sergio Scariolo, que no sólo es capaz de hacer esto con sus jugadores. Nuestro entrenador también lidera un grupo de trabajo de primerísimo nivel que prepara a la perfección cada partido. Estudian al rival y crean un plan de partido que después los jugadores plasmarán en la cancha. Pues hasta esto es una muestra más del liderazgo de Scariolo, hacer que sus jugadores crean ciegamente en el plan planteado por él y su equipo de trabajo.

Seguramente que nuestro equipo es la envidia de todos los países. Esto da una imagen de gran salud de nuestra federación, a pesar de todos los problemas que se han producido por los motivos del cambio en la presidencia, que no en el resto de estructura. Quizás este enorme momento que sigue viviendo el primer equipo pueda hacer que los responsables de la federación focalicen todos sus esfuerzos en mejorar las competiciones que dirigen, donde hay jugadores profesionales jugando por trescientos euros, sin contratos o sin estar asegurados. Pero esto da para otro artículo. Ahora toca sentirse orgulloso de estar representados por nuestra selección. Disfrutemos viéndoles jugar y esperemos que se cumpla mi deseo de que consigamos ganar el europeo.