Servicio de neurocirugía de Carlos Haya

Deseo hacer público a través de esta breve misiva mi agradecimiento personal, de mis hijos y toda mi familia a dos neurocirujanos del Hospital Regional (Carlos Haya) que han salvado la vida a mi mujer en una operación delicada, con cierto riesgo y que ha sido un éxito, gracias a su pericia y conocimiento. Al doctor Arráez, jefe de ese Servicio y al doctor Ibáñez. Y por supuesto, a todo su excelente equipo.

En estos días intensos, que uno incorpora ya a ese equipaje de emociones y de experiencias que no se olvidan nunca, he podido ratificarme una vez más que contamos en la Sanidad Pública con los mejores profesionales de la medicina, con vocación, dedicación y empeño. La técnica empleada por el doctor Ibáñez es pionera en Andalucía y un referente no sólo nacional sino internacional. Una técnica que ha permitido una intervención mínimamente invasiva con procedimiento endoscópico y cuyos resultados han sido espectaculares. Mi mujer ha vuelto a vivir una vida normal sin limitaciones y con sus facultades. Esto, que tantas veces llamamos milagro, es el resultado de unas personas que dedican su vida a trabajar, investigar y estudiar la forma de hacer las cosas cada día mejor, más novedosa con más seguridad y con más garantías para el paciente. ¡Ah, y en la Sanidad Pública.

Uno, cuyo trabajo suele ser el uso de la palabra, no encuentra las más adecuadas para describir el agradecimiento que sentimos para estos médicos y para todo el personal del Servicio de Neurología: enfermeros, auxiliares, trabajadores en general que hacen posible que la planta 3 del Hospital Regional sea un ejemplo de servicio y dedicación a los pacientes. Allí he «vivido» con mi mujer dos semanas y puedo afirmar con rotundidad que son gente de vocación y oficio, cuyo trabajo y dedicación va más allá de lo que se les reconoce en la nómina. A ellos mi respeto y reconocimiento.

Estamos de enhorabuena en Málaga con este Servicio de Neurología, que es uno de los más prestigiosos en el mundo de la medicina y en el mundo de la gente, gente como nosotros, que recordaremos siempre a los doctores Guillermo Ibáñez y Miguel Ángel Arráez porque nos han ayudado a vivir ayudando a vivir a la madre de mis hijos y a la abuela de mis nietas. Gracias.

Rafael Salas GallegoMálaga