Twitter va a engordar su pájaro para ver si el negocio echa a volar de una vez. Es decir, la red social caracterizada por limitar todos sus mensajes (´tuits´, píos) a 140 caracteres va a iniciar un experimento y permitir a algunos usuarios, a través de una selección mundial y aleatoria, tuitear mensajes con 280 caracteres. Con esto se rompe uno de los ´dogmas´ de la cultura digital, que se mantenía constante desde hace una década, una limitación expresiva que algunos interpretaban como el mejor acicate para llegar al ingenio y la brillantez a través de la síntesis y, otros, como el mejor camino para desembocar en el insulto brutal y las opiniones más radicales. ¿Por qué Twitter ha decidido romper con su principal seña de identidad? Publicaciones especializadas de referencia en la cultura digital como Wired apuntan directamente al estancamiento que vive esta red social, que tiene ´sólo´ 328 millones de usuarios mientras otras como Instagram llegan ya a los 800 millones y creciendo con fuerza; o Facebook, con 2.000 millones de cuentas activas en todo el planeta. «Es imposible expresar una opinión matizada sobre política o encajar todos los detalles sobre un fin de semana salvaje en Florida en apenas unas docenas de palabras pero ése es el punto, eso es Twitter. Pero desde la perspectiva de la compañía esas limitaciones son un problema. Cuando la gente no puede meter su pensamiento en 140 caracteres, simplemente no tuitea en una plataforma digital que lucha contra una base de usuarios estancada y en uso menguante. Entonces, ¿qué hacer para animar a la gente a permanecer en Twitter en lugar de derramar sus pensamientos en otro lugar? «Pues darle más espacio», escribe Arielle Pardes en Wired. Las reacciones de los usuarios se multiplicaban ayer por toda esta red y la mayoría eran de rechazo a la ampliación de un límite que para los adictos al tuiteo se había convertido en una forma de arte, en el aforismo del siglo XXI, en una fuente inagotable de greguerías. La compañía es consciente del ´vínculo emocional´ que la limitación a los 140 caracteres ha creado entre los usuarios, pero argumenta por contra que la brevedad es fuente de frustración para algunos usuarios, que se ven forzados a suprimir determinadas palabras que implican «una emoción o un significado relevante». Esto les ocurre, añade la empresa, a aquellos que escriben en inglés pero no así a aquellos que lo hacen en japonés, chino o coreano, donde se usan caracteres kanji y se puede decir más con menos. En el caso de los usuarios japoneses, sólo un 0,4 por ciento de los tuits llegan a cubrir los 140 caracteres y, de media, tienen sólo 15. En inglés, el 9% de los usuarios agotan todo el espacio disponible y, de media, los tuits en inglés tienen 34 caracteres. La compañía argumenta que aquellos países donde los usuarios tienen más espacio para teclear tuitean más y por eso va a abrir el grifo. ¿Cuánto cambiará con ello el ´pensamiento Twitter´?