Puestos a minimizar daños, dentro de la catástrofe que ha causado ya el procés, creo de salud pública desmontar sus embustes, pues si quedan impunes tendrán ya via libre. El procés en su conjunto, sus ardides para fingir legalidad, sus trucos para sortearla, es un engaño infame, que el Wall Street Journal (boletín oficioso del capitalismo global, al que deben acudir los países endeudados) denunciaba así: «En lo que a artimañas políticas destructivas se refiere, el referéndum de este domingo sobre la independencia de Cataluña es una para el recuerdo». Dejo a un lado, hasta que un juez dictamine, el tema de los 900 heridos, de los que a los dos días sólo había 2 en hospital. El astuto Ulyses independentista está mostrando una capacidad para la treta, el amaño y el teatro que supera toda expectativa. ¿Alguien pensará que acreditarse ante el mundo como tramposo es buen modo de fer país?