El Málaga CF sigue en caída libre. Anoche la puntilla la asestó una cabalgada de Szymanowski. La indolente zaga blanquiazul parecía que tenía enfrente a todo un Usain Bolt. El mediocentro argentino del Leganés culminó su galopada con un zapatazo cruzado que ante el gran Roberto significaba el 0-2. Quedaban poco más de diez minutos para el descuento y, tras la expulsión de Recio, de nuevo iba a acabar con diez el equipo de Míchel. Pero esta vez no se repetiría la gesta que ante el Athletic significó el único punto cosechado en las ocho jornadas ligueras ya disputadas.

La mejor noticia del fin de semana es que rivales directos por salir de abajo, como Getafe, Girona o Alavés, tampoco sumaron. O que se repartieron los puntos Eibar y Deportivo, en un duelo directo como el programado para esta noche (Las Palmas-Celta). Aunque para noticias buenas, la mejoría de Gregorio Sánchez, el universal Chiquito de la Calzada, después del tropiezo que en su propio domicilio sufrió el pasado sábado. A través de Twitter la calificó ayer de «pequeña caidita de Roma». Y al mismo tiempo remarcó que la «cosa pinta bien».

Ni en el Málaga de la era post Francesc Arnau pinta la cosa bien, ni encontramos en los archivos históricos antecedentes que permitan alimentar la esperanza. Hubo alguna que otra memorable remontada, con escuadras que hasta la novena jornada no había empezado a carburar. Pero cada vez quedan menos argumentos sobre la mesa. Basta con observar los rostros contrariados de jugadores y aficionados, nada más confirmarse la tercera derrota en casa de este negro arranque de competición.

El paciente sigue una semana más en la UVI. Ese «recupérate pronto» que la Guardia Civil lanzó en Twitter con mensaje explícito para Chiquito de la Calzada bien podría servirle de ánimo a una entidad malacitana que a lo largo de toda una década ha portado el nombre de la provincia en la Liga más cotizada del planeta futbolístico. Quizás sea necesario, como en el mencionado mensaje de la Benemérita, quitarle algo de hierro y presión al asunto. En @guardiacivil pudimos leer ayer: «Ni el #Moonwalk ni el #DuckWalk...we ? el #QueVienelaMeretéricaWalk de Chiquito de la Calzada».

La cura puede que requiera de una de esas batallas de bolas de pintura, una partida de «paintball», de las que han servido a otras plantillas para hacer piña. O tal vez de unas partidas de billar, las mismas que la campaña pasada vimos disputar a algunos jugadores del Marbella FC, en medio de la tensión competitiva. Al vestuario malaguista le sobran nervios y puede que lo que le falten sean risas, que no días de asueto (por cierto).

Quizás también le falten a la grada determinadas explicaciones. La pregunta del millón hasta ayer era por qué no había jugado ni un minuto Cecchini, la incorporación más cara de cuantas llegaron durante este verano. A qué se deben los altibajos que, como el propio entrenador reconocía anteayer, todos los futbolistas han padecido con la única excepción del meta Roberto. Entristece y mucho, como ocurrió ayer, observar a miles de aficionados tomar el camino de vuelta a casa con más de un cuarto de hora de partido por disputar. Estas actitudes suelen ser reflejo directo de la actitud de quienes sobre el césped visten la misma elástica que lleva cosido tu propio escudo en el pecho.

Mario Husillos , que como afirma Juankar suele decir «las cosas claras», remarcó el pasado miércoles, tras su enésima «vuelta a casa», que el problema clasificatorio de este Málaga poco tiene que ver con la aptitud de quienes integran la plantilla. Recordó que él mismo firmó a muchos de los jugadores que siguen en el club o que estuvo detrás de la incorporación de varios de los recién llegados. Ojalá que él mismo pueda, con su dilatada experiencia, apretar uno de esos botones que hacen renacer al más enfermo de los pacientes. Ya se encargó Míchel de tocar la tecla precisa para que este mismo navío saliese a flote con un inicio de 2017 que olía a descenso.

Quitémosle tensión a la pesadilla o pidamos a la Meretérica que venga pronto, a poner remedio a tanto «pecador de la pradera» que pulula cada dos semanas por La Rosaleda. «Corre, por la gloria de tu madre», que hasta podría gritarle Chiquito de la Calzada a Paul Baysse, como a cualquier otro defensa malaguista, la próxima vez que parezca tener enfrente a todo un Usain Bolt.