En la Unión Europea se vienen produciendo movimientos relativos a la reducción de la planta local. En España se pretendió algo similar con la Ley de racionalización y sostenibilidad 27/2013 aunque, desde mi punto de vista, sin ningún éxito.

España, a pesar de la crisis económica por la que pasó, siguió creando administraciones públicas, mientras nuestros vecinos de la UE reducían su estructura local haciendo disminuir el número de municipios con los argumentos de prestar mejor los servicios públicos y disminuir los gastos locales. Alemania, Bélgica, Dinamarca, Suecia o Reino Unido hacían reformas en este sentido antes de la crisis del 2008 y después de ella, lo hacían Grecia, Finlandia, Hungría, Islandia, Letonia, Portugal o Francia, país con más municipios de la UE.

En nuestro país, el Estado y las Comunidades Autónomas no han aprovechado la oportunidad de establecer una planta municipal más eficiente, haciéndola coincidir con la segunda descentralización competencial autonómica al ámbito local. Es mas, hemos navegado con un rumbo contrario, independizando territorios de un municipio y creando otro.

Desde que Andalucía asumiera las competencias en la creación de nuevos municipios, un buen número de ellos han logrado su independencia a través de la figura de la segregación. Zújar (Granada) era el primero en independizarse en 1980 de Cuevas del Campo; dos años después era El Ejido, dependiente hasta entonces de Dalias (Almería). En 1988 lo hacía Torremolinos tras pertenecer a Málaga.

Para comprobar los efectos de estas “independencias” en el ámbito local, es bueno reflexionar sobre algunos datos estadísticos que ofrecen hoy los nuevos municipios respecto del que se independizaron. Para ello podemos comparar el ingreso y el gasto por habitante en estos territorios en la actualidad, sabiendo que habrá otras circunstancias, algunas emocionales, que valorar en la comparativa.

Para ello, vamos a aportar alguna información estadística respecto a la comparativa entre Torremolinos y la ciudad de Málaga. En principio y según la información ofrecida por “presupuestos.gobierto.es” para 2017, el esfuerzo fiscal por habitante en la ciudad de Málaga es de 519 euros frente a los 1.001 de Torremolinos. En el IBI urbano, en Torremolinos se paga una media por habitante de 620 euros y en Málaga 217. Respecto a los ingresos por tasas, precios y otros ingresos, Torremolinos ofrece una media por habitante de 273 euros frente a los 99 de Málaga.

En supuestos singulares, aplicando sus respectivas ordenanzas, encontramos estas diferencias. Una vivienda de 80.000 euros de valor catastral pagaría por IBI y Tasa de basura en Torremolinos unos 1.037 euros y en Málaga 360. Un pequeño local comercial de 110.000 euros, en Torremolinos paga 1.160 euros y en Málaga 496; y el local de una pequeña cafetería de 80.000 euros de valor catastral, abonaría 844 euros en Torremolinos y 361 en Málaga. Si una persona hereda el 50% de su vivienda habitual, que posee desde hace más de 20 años, por la muerte de su cónyuge, siendo el valor del terreno de 32.000 euros, la cuota del Impuesto de Plusvalía en Málaga sería de 278 euros y en Torremolinos 5.376. Sólo en el caso del Impuesto sobre vehículos de tracción mecánica sería más beneficioso residir en Torremolinos, ya que un vehículo de alta cilindrada pagaría 124,32 euros, frente a los 216,25 de Málaga.

En la vertiente del gasto nos encontramos, entre otras, estas diferencias según la página de “presupuestos.gobierto.es”: la deuda por habitante en Torremolinos alcanza los 101 euros y en Málaga 84. Torremolinos gasta en recogida de basura y limpieza viaria 189 euros por habitante y Málaga 171; en alumbrado gasta 33 euros y Málaga 17; en sus órganos de gobierno 69 frente a los 8 euros de Málaga. Sólo gastan menos en vivienda, urbanismo, comercio, turismo, pequeña y mediana empresa y en transporte público de viajeros, en esta materia la diferencia es de 2 euros contra los 25 por habitante de Málaga. De otro lado, según los datos del Ministerio de Hacienda a enero de 2017, Torremolinos pagaba a sus proveedores en 115,61 días de media mientras Málaga lo hacia en 1,74.

Para ir cerrando la comparativa, como regla general, un municipio recibe más transferencias corrientes por la participación en tributos del Estado cuántos más habitantes tiene. De esta manera Málaga recibe 459 euros por habitante y Torremolinos 273. Estos datos invitan pues a una reflexión sobre los resultados en el ingreso y gasto público local que puede provocar una segregación.

Muchos expertos en esta materia aconsejan una profunda reforma en el ámbito local español pero aprecio que nos sucederá lo mismo que venimos observando en el ámbito autonómico, llegaremos tarde y mal. Isaac Newton señalaba que “La unidad es la variedad, y la variedad en la unidad es la ley suprema del universo”, aprendamos pues de ello.

* Juan Manuel Ruiz Galdón es profesor de Hacienda Pública Universidad de Málaga. Economista