Pedro se ha ido de su partido. De ese al que dotó de una posición moral mucho más fuerte que el poder que le otorgaron los votos. Pedro Moreno Brenes aportó al Ayuntamiento coherencia en un mensaje de izquierdas sin aferrarse al populismo que hoy ya ha permeado al espectro partidista. El profesor supo tomar su sitio como oposición responsable mientras veía que su posible compañero en un futuro gobierno que nunca llegó se despedazaba por mor de la lucha interna. La Izquierda Unida de Pedro tuvo en Málaga un papel secundario, claro está, pero como político, él alcanzó cuotas notables de influencia.

La izquierda en Málaga se fue diluyendo a partir de Aparicio; el rosario de candidatos socialistas sin personalidad degeneró en un rival insolvente en manos de un PP cuya supremacía en la capital era indiscutible. Sólo Moreno Brenes era ese hombre calmado capaz de hacer que De la Torre se tambaleara en un debate. Ya clamé cuando dejó la política. Sin él, la izquierda clásica se quedaba coja. Ahora IU, aquella fuerza histórica que hoy no es más que un usuario de Twitter troll friendly pierde a un afiliado. Con él pierde seso, mesura, entendimiento, saber estar€

Esta guerra de secesión a banderazo limpio no deja de cobrarse víctimas. Pedro se va porque, entre otras cosas, le han llamado facha. A él. Cuánto daño hace el lenguaje en manos de un inepto. Cuánto mal puede hacer una palabra utilizada con mala fe. Tanto más el silencio de los antiguos compañeros, aquellos que cuando aún el terciopelo del escaño municipal manchaba tu chaqueta acudían a acariciarte el lomo; hoy no son capaces de descolgar el teléfono. Ay, las palabras. Ay, la ausencia de éstas. Mejor no estar donde no te merecen, Pedro.