«Red & yellow is cool!» Era el reciente mensaje de un buen amigo y brillantísimo maestro. En la foto que lo acompañaba, los colores de la bandera de España embellecían cada balcón de un casi eduardiano edificio madrileño. Enmarcado por las ramas de un frondoso árbol urbano, ya con las primeras galas del otoño castellano.

Tiene razón mi buen amigo. Es obvio que el rojo y gualda mola. No deja de ser éste un casi milagroso e inesperado regalo. Muy de agradecer en estos oscuros y algo descerebrados tiempos. Bienvenido sea el apasionado ´revival´ de nuestra bandera nacional, eclipsada durante demasiados años en el psique colectivo. Eso sí. Curiosa y no tan inofensiva ha sido esta manía. Junto con la aversión a pronunciar o escribir el nombre de una las naciones más importantes de este planeta, que además es nuestra casa: España. Hemos oído demasiadas veces en su lugar aquella casi despectiva tontería de ´este país´.

Parece que este regreso a la racionalidad se lo debemos a los ardorosos escuadristas del Fascio catalán que nos viene atormentando a tirios y troyanos. La verdad es que es de agradecer. Nunca olvidaré ese todavía calentito 8 de octubre, aquel domingo mágico. En el que entre un millón y medio millón de personas - ¿qué más da? - se manifestaron en el centro de la no siempre sabia Barcelona, bajo un luminoso tsunami de banderas españolas. Con no pocas esteladas entre ellas. Me refiero a las banderas azul marino de la Unión Europea, como bien dijo Josep Borrell en su muy ovacionado discurso.

Los que tuvieron el privilegio de vivir aquel día, jamás olvidarán la claridad cenital de aquellas horas en aquel mar de banderas. Después nos dirían amigos de otros países que no se podían creer lo que habían visto en las pantallas de sus televisores. Las banderas, el buen rollo y aquellas jóvenes con las barras amarillas y rojas pintadas sobre las mejillas. Curiosamente idénticas a las de sus hermanas catalanas, independentistas. «Is it an omen?» ¿Es un presagio? ¿Lo habría preguntado así el gran George Orwell? ¿El autor del Homenaje a Cataluña? Lo confieso. No lo sé.