El Parlamento andaluz celebrará los días 15 y 16 de noviembre el debate sobre el estado de la Comunidad. Ya le decimos nosotros hoy cual es ese estado: mejorable.

Sin embargo, los líderes de los partidos andaluces amenazan a la concurrencia con hablar de la cuestión territorial. Es decir, quieren fijar la posición de Andalucía en este jaleo de la independencia catalana, los encajes en España y el número de naciones. El número de naciones para el PP es una. Para el PSOE según si se le pregunta a Sánchez o a Díaz. Para IU, lo que diga Podemos y para Podemos, sólo las mal llamadas históricas son naciones, siempre que sean fieles al centralismo democrático madrileño y leninista. Luego está Ciudadanos, que bastante tiene con descansar del trabajazo que les ha supuesto hacer a los socialistas bajar el impuesto de sucesiones. La expectación ante este debate no es máxima. Los escribas pulen discursos, atisban metáforas, buscan invectivas, sopesan adornos retóricos, emborronan borradores con frases que no pasarán a la historia pero sí al periódico del día siguiente. En otros años este debate se ha celebrado en Navidad, dicen algunos teletipos. Sin embargo, ignoran esos despachos de agencia que ya es Navidad. Al menos en los estantes de los supermercados, los escaparates de no pocas tiendas y hasta en la mente de los chavales, que ven anuncios de juguetes por todas partes.

Uno espera modestamente que hablen de cómo crear empleo, de cómo mejorar la educación y de cuánto dinero más le van a echar a la sanidad, pero ya saben que la política la han hecho para defraudarnos. A veces pareciera que el discurso más regeneracionista es el de ´ojalá nos quedemos como estamos´. En Andalucía se vive muy bien, dicen algunos que pasan por progresistas y se delatan como permanentistas con ese discurso, del que se deduce que lo importante es que no hace frío. Pues que se vayan a Sierra Nevada. El turismo sí va bien. Va tan bien que a veces podrían no hacer política turística.

No es un debate el de la Comunidad como para renunciar a una cita y quedarse en casa viéndolo con palomitas, pero siendo rutinario y previsiblemente plomo es importante para nuestras vidas. Que, ya saben ustedes por Manrique, son los ríos que van a dar a la mar.