No llueve. La sequía nos invade. No cae agua. El mejor plan hidrológico es un chaparrón. No se hacen pantanos. No se construyen desaladoras. Lo fiamos todo a que las nubes espabilen. Y así nos va. Sol. Sol y buen tiempo. El turismo florece y los cielos limpios triunfan en Instagram. Pero el campo muere o agoniza y hasta las reservas para consumo humano comienzan a escasear. No se vende un paraguas.

La mujer del tiempo nos vaticina escasez de nubes y temperaturas suaves, ausencia de precipitaciones y gente aún de garbeo por la arena de la playa. Y así día tras días. Envidiamos los nubarrones que se dibujan en otras latitudes de esta península cuya mitad ocupan un mesetón y que al norte se protege de la influencia europea por la cordillera llamada Pirineos. El tópico de «nunca llueve a gusto de todos» hay que jubilarlo. Ahora es nunca llueve. A secas. Nunca mejor dicho. Ojalá que llueva café. O algo. Hay que sacar en procesión a los santos que propician el aguacero. No es el año del diluvio. En Málaga o sequía o inundaciones. No hay término medio. Estamos más secos que la mojama. Cero agua. Hay que cantar desafinando. Rezar. El PP ha constituido una mesa de la sequía. Luego se ha levantado de ella. Fuesen y no hubo nada. El jodierno se está pasando los planes hidrológicos por el forro. Los de la Junta han centralizado las competencias en Sevilla, que no tiene la culpa de que no llueva, pero que ha dejado la antigua Confederación Hidrográfica (Palacio de la Tinta) como casoplón fantasmal donde vagan zahoríes.

Urgen trasvases. Se temen restricciones. Está pendiente desde hace años el recrecimiento de La Concepción, que posibilitará que de los actuales 61 hectómetros cúbicos de capacidad se pasara al triple, convirtiéndose así en el más grande almacenaje acuífero de la provincia. Tampoco le meten mano a la conexión de los sistemas de Costa del Sol, Guadalhorce y Axarquía que lograría que La Viñuela, tela de grande, diera agua a zonas donde llueve menos. Ayer se acordó restringir algunos riegos, como el de los subtropicales en la Axarquía.

La Junta se compromete a mejorar las conexiones. Y así, entre compromiso y palabrita, palabrita del niño Jesús, vamos ganando tiempo por si llueve. Secarral. Aguacero no, agua-cero. Niño, el pozo está seco. Se buscan afluentes al sistema general. El agua es un bien escaso, pero ni caso. Prosiguen las reuniones. Ya escamparán las críticas. Que llueva.