Los alumnos andaluces no saben trabajar en grupo. Lo dice el informe PISA, que sitúa a Andalucía a la cola de la educación en España. A lo mejor estudiamos tan poco que ni siquiera nos estudiamos los informes PISA, con lo cual no nos enteramos de nada y por eso no tomamos medidas.

PISA ha descubierto que en el alma andaluza hay un anarquismo secular y acendrado, muy metido en las entretelas. Individualismo. Cada cual a lo suyo. Le dices a un niño que resuelva un problema junto a sus compañeros y al niño lo que le parece un problema es tener que trabajar en grupo. Es un problema, sí. Aunque claro, bien mirado, tampoco es descartable que algún redactor del PISA sea de ascendencia andaluza. O sea, un exagerado que esté exagerando la cuestión. Los exagerados es que son muy de exagerar. Les preguntas cómo están, y además de tener el mal gusto de contártelo, no te dicen bien, te dicen muy bien. En cuanto a la organización en grupo, podemos consolarnos, también los vascos y los extremeños ocupan posiciones no muy óptimas en lo tocante a la cooperación en las aulas. Los madrileños sí son más organizados. Los que más. Es normal, luego crecen, acaban el colegio y tienen que dirigir la capital de un Estado, con Cibeles, Torre España, Retiro y Ateneo, aunque, eso sí, allí no hay playa.

No seamos pesimistas, Andalucía ha ido cortando distancias en las sucesivas clasificaciones de los ránking educativos. A lo mejor es que los andaluces somos más de tener equipo que de trabajar en equipo. Nunca le han faltado seguidores al Betis. En fin, todo esto es un problema de dinero. Hay que echarle más dinero a la educación en Andalucía y en España. Pagar más a los profesores para que sean mejores y más motivados y dotarse de mejores métodos materiales y de todo tipo.

Trabajar en grupo cansa. El problema es que si no se aprende luego hay serios problemas. Para organizar una orgía, por ejemplo. O una cuadrilla que acometa una obra o un equipo de balonmano. Me da a mí que esta sociedad se ocupa mucho de los liderazgos y poco de lo grupal. No sé si es bueno o malo o si esto crea más jefes que indios, no viviéndose mal de indio si estás bien remunerado. Pero eso es harina de otro costal. Bueno, no. De nuestro costal. Ni siquiera somos capaces de organizarnos para salir a la calle a gritar que los sueldos son indigno. Y así nos va. Que a final de mes, ni PISA ni pizza.