Hay una eclosión de panfletos. De paso, recuperamos la palabra. Panfleto tiene una connotación negativa. De hecho, la RAE lo define como libelo difamatorio en su primera acepción. Pero también (segunda acepción) es un opúsculo de carácter agresivo. Y lo agresivo puede ser fecundo, interesante, necesario. Y hasta justo.

Agresivo es lo contrario, quizás, de manso. Agresivo puede ser enemigo de lo funestamente equidistante, por ejemplo. Panfleto. Panfletos, panfleteríos. Panfletistas. Tiempo de escritos urgentes y belicosos para aclarar las cosas. Savater ha lanzado un panfleto, así lo llama él mismo. Contra el separatismo (Ariel) se titula. No contra el nacionalismo, no, contra el separatismo. Es nutritivo. Lo componen varias piezas ya publicadas (una no aquí y sí en México) y unos párrafos exprofeso redactados para la ocasión. Es sucinto y claro. Golosina de una tarde. Fuera florituras. En una parte del librito se dan varias razones contra el separatismo que son como unos mandamientos para todo internacionalista, izquierdista e incluso hombre de sentido común.

Panfletos. Llega otro a la mesa de trabajo, La conjura de los irresponsables (Anagrama) de Jordi Amat, ensayista, que fue autor de una biografía de Trías Fargas. Dice Amat en la primera página (son 108) que «el objetivo de este panfleto es repensar un tópico». No sabemos cual, dado que apenas hemos desenvuelto el paquete que contenía el libro nos hemos puesto a escribir, como presos de grafomanía, como posesos de una idea (el auge del panfleto) que no se puede dejar pasar. Tal vez esto mismo que el lector lee con urgencia es un panfleto. Sobre los panfletos. O sea, el meta panfleto. Elogio del panfleto. A todos los periodistas le han dicho alguna vez, tú trabajas en un panfleto. Suele ser gente (que alguna vez acierta) pero que torpemente se queda en la primera acepción de las cosas. Tal vez el más célebre panfleto de todos los tiempos, o uno de los más influyentes, fue Sentido común, de Thomas Paine, publicado en Filadelfia en 1776 y que es tenido como uno de los puntos de arranque de la conciencia de Estados Unidos como país. Hay también un auge del libro urgente y coyuntural, casi periodístico. Libro de actualidad.

Todo un género muy en boga en los países anglosajones, donde se publican biografías o volúmenes sobre un asunto del que todo el mundo habla y que tendrá vigencia poco tiempo. Que enriquece los anaqueles y saberes, a los libreros y editores, periodistas y escritores. También a los lectores.