Es un potente artificio literario el que el maestro Salman Rushdie utilizó en sus Versos Satánicos. La realidad actual de la antigua Marca Hispánica -Cataluña- se puede enfocar de diversas maneras: entre ellas desde la civilizada realidad de mi pueblo, Marbella, dentro de la costa malagueña que la arropa.

El pasado martes la legendaria Asociación de los Amigos de la Música de Marbella ofreció a sus cosmopolitas seguidores un espléndido Concierto de Navidad. Por cierto, va camino esta asociación de cumplir el medio siglo de dedicación a la música con mayúscula. Con la presidencia de honor del gran Plácido Domingo, como una más que gloriosa bandera. Era la segunda vez que el Dúo Cernat- Huillet venía a Marbella. Esa noche del martes Clara Cernat y su violín parecían estar ungidos por unos agradecidos dioses. Como le ocurrió a su acompañante el maestro Thierry Huillet mientras navegaba por su piano. Todavía los sentimos en nuestro corazón, algo atribulado por tantos ingratos acontecimientos de allende nuestras fronteras andaluzas. Eso sí. Aliviados en cierta medida por el emocionante triunfo electoral de una luminosa joven jerezana, doña Inés Arrimadas, a la que conceda la Santa Providencia larga y feliz vida.

El jueves 21 de diciembre, coincidiendo en la hora con la llegada de los primeros votantes a las urnas de Cataluña, llegaba un servidor de ustedes al ambulatorio de la Seguridad Social que me corresponde en Marbella. Una prudente visita para obtener una analítica rutinaria. Lógicamente se había dado preferencia a un grupo de embarazadas. Admirables como siempre ellas en su papel estelar en el milagro de la maternidad. Antes de la extracción de sangre, debían ingerir un líquido y permanecer inmóviles durante una hora en una sala contigua. Eran jóvenes y animosas. Y sobre todo con un maravilloso sentido del humor. Y obviamente, por encima de todo amaban la nueva vida que ya traían al mundo.

En un lugar tan cosmopolita como Marbella, las tarjetas navideñas provenientes de los cuatro puntos cardinales confluyen en estas fechas en las oficinas de Correos del término municipal. Con el mismo ritmo con el que se agotan en los establecimientos locales donde se pueden adquirir. Como el resto de la costa, Marbella debe mucho a sus primeros visitantes, los ingleses. Los inventores de esta simpática tradición. Pues fue en la Inglaterra victoriana de mediados del siglo XIX, cuando se mandó imprimir en 1843 la primera tarjeta navideña de la historia. En ésta se deseaba MERRY CHRISTMAS AND A HAPPY NEW YEAR TO YOU. Unas Felices Navidades y un Feliz Año Nuevo.

Fue iniciativa de dos caballeros británicos de la época: Sir Henry Cole, alto funcionario de la Public Records Office, los precursores del posterior servicio de correos de Su Majestad y un brillante ilustrador, John Calcott Horsley. Mr Horsley dividió la tarjeta en tres secciones. En la central reflejó una típica escena festiva navideña. Abundancia de apetitosos alimentos y una generosa presencia de bebidas de todo tipo. Más adelante no faltó quien criticó el que el dibujo representara a un niño bebiendo vino. A la derecha y a la izquierda aparecían escenas en las que piadosos ciudadanos practicaban la admirable virtud de la caridad mediante la entrega de ropas y alimentos a unos necesitados. Con el paso del tiempo el envío de las simpáticas tarjetas navideñas se extendió a América del Norte y a la Europa continental. Este venerable fenómeno de cortesía social sique gozando en Marbella de una excelente salud. Por supuesto también en sus modernas versiones digitales y cibernéticas. Tal como se oye en las calles de mi pueblo desean€ Merry Christmas! ¡Felices Pascuas!