El pavo trufado con huevo hilado, los adornos para el árbol. El Belén, Nacimiento o Misterio, que a todo tenemos que buscarle tres nombres. Bajar al Centro para ver las luces que ha puesto el Ayuntamiento para entretenernos y animar a comprar. El amigo invisible de regalos chungos o el amigo invisible de regalos forzados e impostados. El regalo de última hora, el perfume. La comida de empresa, bajas de última hora, excesos, arrepentimientos. Esa recomendación de Amazon que te da la idea del regalo del Tío Tomás .200.000 euros para el último anuncio del año en el que se promocionará Málaga. Los villancicos en el colegio de los niños. ¡Se me ha olvidado el disfraz de pastor! Serrín, Turrón, Zurrón y Zurrapa.

El Corte Inglés. El consomé de Nochebuena, ¡no compres marisco para Navidad que está muy caro! «Dime Niño de quién eres todo vestidito de blanco...». Campanadas, deseos, propósitos y despropósitos. Champagne y cava, el primo francés sofisticado y nuestro hermano pródigo. Los puestos del Parque, los chinos de Navidad.

Petardos, muérdago, cuernos de reno, gorrito blanco y rojo.

Las madres pendientes de todo y de todos, el horno, la mesa, la abuela, el tío Pascual. Papá Noel, los Reyes Magos, la Cabalgata, las polémicas, los puristas con el color de la piel, que si de verdad no importa pues no importa. Los caramelos, más caramelos, el que más caramelos. Prisas, enfados y tickets regalo.

Carretera y manta. Al pueblo.

Todo esto pasa en Navidad, pero nada de esto es La Navidad. La Navidad es tiempo, nuestro tiempo con los demás, nuestro mejor tiempo para los demás.

Les deseo Feliz Navidad.

*Enrique González de Gor es empresario