La Junta (Sevilla) ya tiene la excusa perfecta para no hacer lo que nunca pensó hacer: el tercer hospital de Málaga. La Junta dilata los tiempos, marea la perdiz, convoca mesas y comisiones, alarga los plazos, retrasa, promete, recluta infelices que hagan informes que van a la basura, apela a consensos en los que no cree y... en Sevilla se dice no y no. Y aquí también un poquito. En fin. Un no rotundo y secreto. No hay ninguna intención de hacer un macro hospital que tanta falta haría. No hay ni sitio. Y si la Junta tuviera intención de construir ese centro sanitario elegiría ella misma el lugar, el solar, no dejaría que lo hiciera ninguna comisión ciudadana ni zarandaja parecida. Solo basta con ver lo que pasó con el Hospital del Guadalhorce, emplazado en tal sitio por una mera cuestión de afinidades políticas con alcaldes del mismo color. O sea.

Pero ahora, encima, el Partido Popular dice que no lo apoya -el tercer hospital- si no se hace otro en la zona Este. Es decir, en El Palo o Rincón, por ejemplo. La verdad es que para paliar el pobre ratio de camas hospitalarias por habitante que se da en Málaga habría que erigir los dos. Vamos listos. El gran y tercer hospital de Málaga es como la prolongación del Cercanías hasta Marbella o Estepona: un camelo. Como la culminación del saneamiento integral: un cuento para quien se lo quiera creer. Que sí, que no, que la depuradora tres del subsector cuatro está en licitación para que se pueda adjudicar según los plazos de tal y bla, bla, bla y que coñazo. Hay que estar orgulloso de la sanidad pública andaluza, excepcional, llena de grandes profesionales. Le debemos la vida. El paliar el sufrimiento de los que queremos. Por eso es lamentable, tirando a triste, derrotista, descorazonador y hastiante, también indignante, la inacción del infame politiquerío que dirige desde fuera la acción sanitaria en la provincia.

El PP sabe que divide y vencerás. Sabe que el asunto es sensible. Sabemos también que los dirigentes populares de la provincia y de Andalucía son muy capaces de prometer trescientos millones de hospitales, hospitales por todos lados, hospitales por doquier y de colores y aquí y acuyá y después hacer una higa. O dos si son pequeñas.

Así son las cosas. Ya sólo falta que pensemos e indaguemos a quién beneficia (llena los bolsillos) que la sanidad pública renquee y Málaga sea de las provincias más chollo y rentable para el sector privado. Que por cierto está muy bien y es muy digna y muy cómoda y llena de gente cojonuda. Pero que operan por dinero. Nunca mejor dicho.