Estas Pascuas han sido para un servidor de ustedes generosas en buenos libros y salutíferas lecturas. Dios sea loado. Pues son de agradecer en estos tiempos. En realidad son el único antídoto que nos va quedando contra la corrosión del pensamiento no inteligente y ágrafo unida a las patologías de la posverdad. Me ha llegado desde los Estados Unidos un libro de 232 páginas que he devorado en cuatro días. Interesantísimo. The Captured Economy: How the Powerful Enrich Themselves, Slow Down Growth, and Increase Inequality. Editada por la Oxford University Press, esta obra de dos prestigiosos maestros, Brink Lindsey y Steven Teles, ha llegado en el momento perfecto. Justamente a tiempo de convertirse en un ´best-seller´. El título lo dice todo: «La economía cautiva: cómo los poderosos se enriquecen, frenan el crecimiento e incrementan la desigualdad».

En otro orden de cosas y como el contrapunto de un llamativo mosaico bizantino me interesó la reseña cibernética de las vacaciones navideñas en San Pedro de Atacama del compositor David Gilmour. El que fuera el gran guitarrista de Pink Floyd. Son muy buenas las fotos de la esposa de Gilmour. El desierto chileno del Valle de la Luna puede ser tan hermoso como pavoroso. Tan terrorífico como lo es la creciente devastación moral que va dejando la Era Trumpiana en las latitudes septentrionales del continente americano.

Señala una de las grandes columnistas del Washington Post, la conservadora Jennifer Rubin, que comienzan a ser alarmantes las concomitancias entre la presidencia del magnate Donald Trump y sus negocios privados. Hay algo todavía más grave que el hecho en sí: muchos miembros del otrora GOP, el que fuera el gran Partido Republicano, se limitan a mirar hacia otro lado.

El primer año triunfal de Donald Trump, el Gran Presidente Tuiteador, está llegando a su final. En la última columna de Eugene Robinson, también en el Washington Post, he leído esto: «El primer año de Trump fue todavía peor de lo que se temía». Los no pocos americanos que militan en la resistencia contra Trump y sus cohortes del Partido Republicano son ahora nuestra mejor esperanza. Uno de ellos, Paul Krugman, el Premio Nobel de Economía, nos ha contado en el New York Times que durante los próximos años veremos que los impuestos, si la Santa Providencia no lo remedia, flagelarán sin piedad a los americanos pobres para poder así beneficiar aún más a los ricos. Además no pocos de esos poderosos personajes ni siquiera son estadounidenses. America First!